He comenzado a escribir esta columna de opinión pensando en una entrevista que en mi oficina le hice el pasado 2 de mayo al entonces candidato por cuarta o quinta vez a la alcaldía de Cartagena, Cesar Anaya Cuesta, esto para que los cartageneros tengan claro lo “dinámica” que puede ser la política y la incoherencia de este señor, quien con tono seguro nos dijo que esta vez… iría hasta el final.
Dijo que él no está con los políticos mercantilistas y corruptos pero resultó que volvió a lo mismo de siempre, a vender los pocos votos que tiene y en este caso con un candidato al cual criticó fuertemente con calificativos como mercantilista, tramposo y corrupto.
¿Qué lo haría cambiar de pensamiento como las otras veces? Dinero dicen todos, no tiene nada de raro, dinero o burocracia en caso que gane Betancourt, lo cual pongo en duda. ¿Será que Cesar Anaya lo que no quiere es que se descubra cuantos votos tiene en realidad? También puede ser, en fin no sé, no sé, cuales fueron sus razones pero de todas maneras es decepcionante que una persona como Cesar Anaya Cuesta. que se jacta de decir que es un líder social honesto, termine siempre siendo señalado como un político corrupto, marrullero, veleidoso y zabalero. El hombre salió más negociante que político y terminó en las filas del candidato que días antes había criticado fuertemente.
Lo otro es el mal negocio que hizo Andrés Betancourt, en mi concepto compró la iguana sin huevos, porque mientras le daban lo que le daban al señor Anaya Cuesta, sus principales líderes engrosaban las toldas de la campaña de Quinto Guerra.
Luego el señor Betancourt recibió una iguana sin huevos, como igual sucede con el señor Quintana y la señora Muñoz, que no recuerdo ni su nombre. Así las cosas el señor Cesar Anaya Cuesta, cumple su propósito cual es invertir un dinero en una campaña y luego negociarla como si los votos se sacaran de una mochila.
Como dice el populacho, a el excandidato Cesar Anaya se le podría aplicar ese viejo refrán que reza “vuelve la perra y hala el cuero”, cuando la perra es insistente en una actividad y el otro refrán “puerco mielero no pierde el vicio”.