Bastante se habla sobre la evidente pobreza que se vive en muchos barrios de Cartagena de Indias, las cifras presentadas en el reciente informe de Cartagena como vamos 2017 solo ratifican lo que para cientos de miles de habitantes de la ciudad es una realidad y una verdadera crisis de derechos humanos.
Según el informe, 27 de cada 100 habitantes de la Heroica Cartagena se encuentran en situación de pobreza sobreviviendo con 8 mil pesos diarios para garantizar alimentación, vivienda, salud, ropa, recreación, transporte. También revela Cartagena Como vamos, que el 4.1% de la población se encuentra en una situación peor a la pobreza, la pobreza extrema y que la ciudad es la tercera del país con mayores habitantes en ese estado.
Ante las cifras dadas a conocer por Cartagena Como Vamos es necesario pensar que en la ciudad lejos de seguir aplicando fórmulas mágicas pensadas desde el centro del país para erradicar la pobreza y la pobreza extrema, urge empezar a construir la hoja de ruta para garantizar un modelo de desarrollo incluyente, sostenible y sustentable basado en la visión colectiva de todos sus habitantes, con el liderazgo de sus diversos estamentos y organizaciones pero teniendo como base fundamental un enfoque decididamente territorial que integre las aspiraciones, cultura, costumbres y formas de vida de los habitantes de los barrios, sobre todo aquellos donde existen mayores necesidades.
Ningún modelo de desarrollo puede tener éxito si es impuesto a raja tabla sin la participación activa de sus posibles beneficiarios y sin considerar sus particularidades, aspiraciones colectivas, costumbres y formas de vida, esta idea la encontramos en los planteamientos sobre “El buen vivir”, que se viene desarrollando en varios países de Suramérica, una idea surgida de la visión de mundo de las comunidades indígenas convertida en proceso de desarrollo que se erige como alternativa ante los retos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI relacionados con la pobreza, la desigualdad, el deterioro ambiental, el cambio climático entre muchos otros.
“El buen Vivir” contradice la idea tradicional del desarrollo basado en la acumulación de riqueza y propone una coexistencia armónica del humano con su entorno, en palabras del Economista Ecuatoriano, Rene Ramírez, (el buen vivir o sumak kawsay es) la satisfacción de las necesidades, la consecución de una calidad de vida y muerte dignas, el amar y ser amado, y el florecimiento saludable de todos, en paz y armonía con la naturaleza, para la prolongación de las culturas humanas y de la biodiversidad.
“El buen vivir” es saludable a un territorio con agudas problemáticas sociales como lo es Cartagena y precisamente es en esta capital donde se viene desarrollando un importante laboratorio mediante la construcción y puesta en marcha del Plan para el Buen Vivir de la Unidad Comunera de Gobierno # 6 (Olaya y Pozón), dos territorios que suman más de 100 mil habitantes, ambos marcados por las heridas de la miseria, la pobreza, la exclusión y un rosario de problemáticas sociales y ambientales bastante conocidas a nivel nacional, pero dentro de esos mismos territorios existen un conjunto de potencialidades humanas, ambientales, económicas, prácticas culturales y recursos naturales que articulados mediante la idea de “El buen vivir” pueden contribuir a generar calidad de vida en la población.
“El plan para el buen vivir” lleva varios años en proceso de formulación y ejecución y ha tenido como protagonistas a 51 organizaciones de la Sociedad Civil de Olaya y el Pozón que con el acompañamiento y facilitación de la Fundación Social, han sido capaces de sostenerse participando en la elaboración de dicho plan que debe contribuir a mejorar la calidad de vida de los habitantes del territorio teniendo en cuenta 5 líneas estratégicas relevantes priorizadas por las mismas comunidades: Educación y formación para el ser, el saber y el hacer, gestión participativa del desarrollo, comunicación para la construcción de sentidos, hábitat y ambiente, generación de ingresos, estos ejes temáticos han concentrado el esfuerzo y la dedicación en la formulación de dicho plan y su escogencia no se efectuó de forma arbitraria por parte de los facilitadores, fue determinación de la ciudadanía participante enfocarse en ellos.
Acorde a la idea de “el buen vivir”, donde el protagonista es el humano con sus característica y particularidades, “el Plan para el buen vivir de la Unidad Comunera 6”, ha tenido como protagonistas a los habitantes de sectores como El Progreso, La Puntilla, Playas Blancas, La Magdalena, Zarabanda, Fredonia, Nuevo Paraíso y todo el Pozón, son ellos los que a través de su participación en asambleas y con el liderazgo de sus organizaciones sociales han leído su propio territorio y han postulado las posibles soluciones a las problemáticas que ellos conocen mucho mejor que las instituciones pues son quienes las viven día tras día.
A diferencia de otros procesos de planeación del Desarrollo que se han iniciado en Cartagena y que muchas veces han quedado en el olvido, “El Plan para el buen vivir” es una apuesta de largo plazo, que se proyecta como sostenible en el tiempo dado que se están garantizando activos y liderazgos dentro de la ciudadanía para que sean ellos quien sostengan el proceso más allá de cualquier apoyo o presencia institucional.
“El plan para el buen vivir de la UCG No 6 es una apuesta educativa y pedagógica de la población para definir la ruta de un desarrollo incluyente y sostenible, es también un proceso organizativo para la gestión del desarrollo, un esfuerzo para mejorar la convivencia, la tranquilidad y la habitabilidad dentro del territorio y una iniciativa para garantizar la sostenibilidad económica desde los saberes y capitales sociales y humanos teniendo en cuenta la identidad, memoria e historia que definen el ser de todos los habitantes de una de las zonas más empobrecidas de Cartagena, en la que se concentran las lamentables cifras de la pobreza mencionadas al inicio de este artículo.
El modelo de desarrollo para una Cartagena incluyente es el buen Vivir y “El plan para el buen vivir” de la unidad comunera No 6 es una gran iniciativa que la institucionalidad debe tomar como ejemplo para sacar a Cartagena de la gran trampa de la pobreza.