Ituango, un municipio antioqueño ubicado en las riberas del rio cauca, vuelve a ser tristemente célebre a nivel mundial, en 1997 por las masacres a manos de grupos paramilitares en “La Granja“ y de “El Aro” que hoy tienen en el ojo del huracán al entonces gobernador de Antioquia y hoy Senador de la República Álvaro Uribe Vélez. Recordemos que la nación colombiana fue declarada responsable por la Comisión Internacional de Derechos Humanos y condenada a indemnizar a esas comunidades.
Ituango vuelve a centrar la atención mundial por los hechos que suceden en el proyecto más antiguo de la ingeniería colombiana, la hidroeléctrica de Ituango Hidroituango aprovechando las bondades de ese rio que en otras épocas sirvió como vertedero de cadáver producto de las masacres antes citadas, hoy intenta cambiar la historia y convertirse en más que un generador de electricidad, un productor de esperanza y trabajo para las comunidades aledañas.
Los juicios de responsabilidad tendrán que venir más tarde pues, ante la complejidad del proyecto y los daños que vienen ocurriendo, no es del caso hacer especulaciones ni momento para señalar responsables, sino de encontrar soluciones.
No es menos cierto que por los nefastos antecedentes de la ingeniería colombiana en las grandes obras tales como el colapso de la torre 6 del Edificio Space en 2013 que dejó 12 personas fallecidas, la caída del Puente Peatonal de la carrera 11 con calle 113 en el nororiente de Bogotá que dejó 3 militares y 1 civil lesionados en el 2015, el derrumbe del edificio Portales de Blas de Lezo en Cartagena de indias donde murieron 21 obreros en 2017, la caída de la Pila B del Puente Chirajara donde murieron nueve personas en 2018, sin mencionar a los elefantes blancos en los que se han convertido, El Túnel de la Línea, el Puente Acordeón en Santander, el cual misteriosamente se “encogió” y muchas otras obras que no terminaría de mencionar, no permiten un panorama más alentador a los colombianos y que sin lugar a dudas estamos ante una gran tragedia para EPM y para la ingeniería, de hondas repercusiones. Es el momento de la solidaridad con las Empresas y las comunidades afectadas.
La Politiquería no se queda atrás en temas de responsabilidad por corrupción al momento de interferir en las grandes contrataciones, tal pareciese que los grandes negociados fuesen del pecunio particular del político o mandatario de turno.
Según un informe de la Misión de Observación Electoral (MOE), un total de 679 políticos desde 1991 hasta el 2017 han sido condenados por corrupción, de esta cifra, 443 son alcaldes y con el agravante de que todos ellos llegaron a sus cargos por elección popular, lo que según expertos ha causado la pérdida de credibilidad por parte de la ciudadanía.
De acuerdo con el subcoordinador del componente de administración pública y de corrupción de la MOE, Gabriel Angarita Serrano, dicha pesquisa corresponde a “más de 15 mil sentencias y fallos que han sacado los entes de control y las cortes en contra de funcionarios públicos únicamente de elección popular, los cuales han sido condenados y sancionados por delitos contra la administración pública”.
En este orden de ideas, de los más de 600 políticos condenados, 337 han sido sancionados por la Corte Suprema de Justicia, 161 por la Procuraduría General de la Nación, 128 por la Contraloría General de la Nación, mientras que 32 se han dictado desde el Consejo de Estado y 21 por Tribunales, dice el informe.
La contratación estatal en Colombia ha sido históricamente un tesoro tras del cual hay tanto corrupto aspirando a puestos de elección popular donde se tenga la facultad de ordenar el gasto, pero, dado que la politica se ha convertido en una empresa criminal donde se paga para llegar, indubitablemente se da el adagio que cada vez cobra más Quien paga para llegar, roba para pagar y suceden este tipo de hechos.
En el caso de Hidroituango es un consorcio conformado por EPM empresas públicas de Medellín con una firma de ingenieros brasileños quienes están a cargo de este mega proyecto, de hecho, la Fiscalía General de la Nación dio a conocer que le sigue la pista a la firma Camargo Correa -empresa brasileña que forma parte del consorcio encargado de las obras e implicada en escándalos de corrupción- por presuntas irregularidades en contratación y daños ambientales. Además, existen denuncias del Movimiento Ríos Vivos por la muerte de cuatro de sus líderes quienes siempre se opusieron al proyecto y por daños ambientales que produjeron las obras.
Hay investigaciones penales por corrupción y además se deben establecer las presuntas irregularidades en la construcción de los túneles de desvío del río Cauca y entender por qué no había un plan B para mitigar los riesgos son algunos de los temas por resolver.
El proyecto Hidroituango, genera una gran incertidumbre y una angustiante preocupación, quien escribe de todo corazón tiene la fe que este escrito sea olvidado por su intrascendencia, teniendo en cuenta que se logró superar toda esa serie de inconvenientes que se vienen presentando y que el proyecto arrancó de la mejor manera, mientras eso sucede tenemos que decir lo que esta efectivamente sucediendo y contribuir a determinar quién es el responsable de esta mega obra, si es la Ingeniería Colombiana o la Politiquería al momento de suscribir y ejecutar los contratos estatales de estas grandes obras.
Con un panorama tan desolador como el que se plantea donde pelean de cabeza a cabeza el título de cual es peor, razón tiene la sociedad Colombiana de estar tan incrédula y preocupada, pero, ante todo molesta.