Este fin de semana hubo dos hechos, que me llamaron la atención y trajo a mi cabeza la apotema que los griegos resolvieron hace más de 3000 años. ¿Qué es mejor tener buenas leyes y malos jueces o buenos jueces y malas leyes?
El primer suceso fue el de un pensionado de la Policía que impidió un presunto atraco donde la víctima era el, lo hizo esgrimiendo su arma de fuego anticipándosele a los presuntos atracadores hiriendo y capturando a uno y obligando a huir al otro, según fuente no oficiales a la presunta víctima se le está investigando penalmente.
El segundo suceso fue en la ciudad de Medellín y circula en las redes donde una señora denuncia la violación de su hija de 3 años a manos del padre biológico de la menor y quien recibió una medida cautelar de alejamiento la cual fue revocada a raíz de una tutela que impetró el presunto agresor donde un Juez le tutelo el derecho a estar al lado de su hija bajo el argumento de verla crecer.
Por lo visto después de 3000 mil años los seres de este lado del mundo aún no hemos podido resolver y peor aún no hemos tenido la entereza ni el interés de observar como otras sociedades mucho más avanzadas y serias que la nuestra han resuelto esa pregunta.
Una sociedad que no ha logrado superar el estado primitivo del salvajismo como la nuestra no merece una mejor suerte, hemos permitido que nos mantengan idiotizados con un conflicto armado quienes se han mantenido en el poder, al punto que no nos habíamos dado cuenta que el verdadero mal radica en la corrupción, es ella que les permite colocar a los gobernantes, llámense presidentes, congresistas, gobernadores, diputados, alcaldes, concejales y ahora ediles.
Desde que nos constituimos en república, esa misma corrupción nos ha polarizado dividiendo a las víctimas en buenos, cuando te resignas y malos cuando protestas, tan profunda es la división que entre ellas se agreden e insultan.
Esa misma corrupción nos lleva al pleno convencimiento que las leyes en este pais las hacen los delincuentes y a quienes les corresponde aplicarlas son a jueces y funcionarios incompetentes y/o corruptos, o en contados casos los que por principios se apartan de esa mediocridad, se ven obligados a fallar ajustados a la ley, lejos de la justicia, so pena de prevaricar, quienes en la mayoria de los casos son colocados por los poderosos para generar la falsa impresión de la existencia de unas instituciones garantes de los derechos de la ciudadanía y prestadoras de servicios públicos, bajo estándares de falsa democracia, con el fin de legitimar una dictadura perfecta.
En la cual los 3 poderes del estado están cooptados no solo por la corrupción sino tambien por la mediocridad propia de ella, ayudados por medios de comunicación de propiedad de los mismos poderosos que colocan a los gobernantes, con ello conformando la figura antes mencionada, que como un cáncer se han enquistado no solo en el poder público sino tambien en el sector privado, que es donde radica el musculo economico de una nación.
Resultado de este panorama encontramos casos indignantes como el que denuncia esta señora el cual en nuestra condición de implementadores del derecho tenemos que apegarnos a unas leyes que si bien son creadas por un órgano legislativo legal y legítimo en apariencia, no es menos cierto, que a este no acceden ni los mas éticos, ni los más morales, ni los mas idóneos, ni los mejores hombres, no solo por el sistema pervertido y aparente, sino por nuestra negligencia, falta de amor propio y sentido de ciudadanía, a todo esto súmele que somos una nación que ha crecido con una matriz cultural ligada a la trampa y al facilismo donde queremos mucho con poco esfuerzo, coadyuvada con una cultura mafiosa arraigada desde los años 70’s,
Una cultura traqueta que ha logrado invertir los valores y los principios teniendo en cuenta que desde nuestra génesis no hemos tenido un tejido social homogéneo ideológicamente, estimulada por la falsa premisa, que es debido al crisol de etnias y tipos poblacionales que existen en nuestro pais, lo que no permite progresar, no hay cosa más alejada de la realidad que esa, puesto que no somos los únicos.
Estados Unidos es una país conformado por diferentes tipos de naciones de todos los continentes, pero, su solidez radica en el sentido de pertenencia reflejada en un nacionalismo tan arraigado que los impulsa por necesidad a progresar, apartando todo tipo de diferencias y eso se alcanza optimizando sus instituciones, exigiéndose individualmente y disminuir el egoísmo, comprendieron que el bienestar general impulsa la economía, tomándolo de los japoneses, pero, por el contrario, en nuestra república bananera el poder hacendatario se asegura de colocar a gobernantes que cumplan con las políticas de explotación y esclavismo y eso hace inviable el crecimiento económico de un país y su consecuente progreso, he allí la abismal diferencia entre los ricos de Estados Unidos y los nuestros, mientras los últimos quieren ser dueños de Colombia, los primeros quieren ser los dueños del mundo, hasta para ser ricos tenemos una mentalidad pobre.
Por último, en el tema de garantías de derechos, somos el tercer país más desigual del planeta y el cuarto más corrupto, haciendo de ello un cocktail toxico que mantiene en grave crisis a una nación que no se cansa de insistir en un modelo económico que tiene sumida a la mayor parte de la nación en la pobreza y beneficiando históricamente a las mismas 3 familias, para las cuales curiosamente todo funciona como un relojito y la justicia muy a pesar de no tener derecho siempre les beneficia con sus decisiones, mientras que a los que no pertenecemos a ese selecto grupo, las leyes no garantizan la tutela de sus derechos y el resumen de las virtudes que es la justicia, brilla por su ausencia en el criterio finalistico de nuestros jueces produciendo casos como este donde el abuso sexual contra una menor de 4 años cometido presuntamente por su padre biológico al parecer no es una conducta punible lo suficientemente reprochable como para en principio alejar a la víctima del victimario hasta que se resuelva de fondo la denuncia hecha, asi como tampoco es aplicable la figura del fuero.
Los derechos de los niños cuentan con una protección especial muy por encima de la de los adultos, sin embargo el presunto victimario impetró una acción de tutela para que no se le vulnerara el derecho a estar con su hija, quien en este caso es la víctima, siéndole amparado sus derechos fundamentales, inmediatamente nos surge la misma duda con la cual iniciamos este escrito, en este momento histórico de nuestra nación que necesita prioritariamente ¿Buenas leyes o jueces justos?