«Es la cualidad que nos ayuda a hacer frente a los obstáculos o a las decepciones sin desanimarnos, y se adquiere mediante la experiencia».
Quiénes pueden comprobar la actual postración del deporte bolivarense es su dirigencia deportiva, que con estoicismo les tocó soportar la deshonra a que fueron sometidos por más de ocho años por quien consideró que a los deportistas, dirigentes y entrenadores se les dominaba con el poder, el dinero, el avasallamiento y con el desprecio.
Todos los actores de este conglomerado deportivo lo mejor que tienen es vocación de servicio y altruismo, razón por la cual permitieron ser sometidos a ultrajes y a humillaciones.
Lo último que les está sucediendo a dirigentes es que a varios de sus deportistas concentrados que se preparan para los juegos nacionales, se les está negando la alimentación ya que Iderbol no tiene dinero para pagarle a la señora del restaurante la suma de diez millones de pesos que le adeudan por suministro de comidas a 17 deportistas entre boxeadores, pesistas, voleibolistas, de balonmano entre otros.
Dice el adagio: «que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista»; por lo tanto a partir del año 2020 deberá iniciarse un nuevo proceso deportivo que tenga como base olvidar todo el calvario sufrido por más de 12 años.
Con la experiencia que actualmente tiene la dirigencia deportiva de Bolívar deberá prender desde ya el «botón de reiniciación» y dejar atrás la desgracia ocurrida, porque la vida es impredecible.
Quien cree que con el dinero puede mancillar la honra de dirigentes y deportistas está desfasado, porque el dinero puede perderse de la noche a la mañana y los veloces no tienen la carrera, ni los poderosos la batalla.
Nuestra dirigencia deportiva tiene el conocimiento y la experiencia para levantarse como el «ave fénix» y reverdecer laureles para volver a agremiarse lo antes posible con el fin de volver a planificar el futuro del deporte en Bolívar y tener claro que unos se van y muchos resilientes deportivos se quedan.