Preocupante por decir lo menos para Cartagena de Indias, es lo que estamos observando en todo el proceso electoral que conllevará a escoger el próximo 27 de octubre: Alcalde, Gobernador, Concejales, Diputados y Ediles.
La incertidumbre es inmensa, los resultados de las encuestas publicadas principalmente en lo relacionado con la alcaldía de Cartagena de Indias están ejerciendo gran influencia sobre sectores ciudadanos cuya característica principal es acomodarse y sumarse a quienes muestran opción de triunfo, importándoles muy poco como están financiando sus campañas, las propuestas de gobierno y mucho menos a que intereses o actores estratégicos representan.
Al observar y analizar las diferentes opciones de candidatos para llegar al palacio de la Aduana, encontramos un número significativos de candidatos, lo cual no puede entenderse como indicador de una mayor y madura democracia, por el contrario apreciamos la presencia de muchos partidos y movimientos con personería jurídica que poco dicen de la representación que han delegado en personas que hasta hace pocos días pertenecían a otras organizaciones políticas, lo cual nos reafirma contundentemente que los partidos políticos han dejado de existir en su esencia ideológica, para convertirse en su gran mayoría en agencias negociantes y otorgadores de avales al mejor postor.
Para profundizar en la crisis político administrativo en la cual se ha visto sumida la ciudad en la última década y cuando consideramos que la oportunidad de las elecciones del 2.019, serian la ocasión para corregir el rumbo y enrutar la ciudad por la vía del desarrollo social y económico que se refleje en una mejor calidad de vida para los ciudadanos; lo que se vislumbra es que seguiremos en las mismas siendo optimistas, por no decir que peores, ya que si consideramos y tomamos como parámetro los resultados que nos muestran las encuestas, encontramos que los candidatos que encabezan las mediciones, son aquellos que están haciendo grandes inversiones en hacerse elegir, lo cual es presagio de mal gobierno, pues una vez instalados en el poder su atención principal estará enfocado en recuperar las inversiones realizadas para así cumplirles a sus financistas y actores estratégicos que lo llevaron al poder, haciendo de la solución de los problemas de la ciudad una oportunidad para grandes negociados.
Por otra parte tratando de encausar y canalizar la votación lograda en la ciudad por Gustavo Petro, en la segunda vuelta presidencial, encontramos un grupo de candidatos señalados como “alternativos”, denominación que se ha venido desdibujando dada la procedencia y antecedentes políticos de algunos candidatos allí agrupados, generando entre ellos falta de confianza y credibilidad, además de no consolidar unas propuestas o propósitos de ciudad que los identifiquen, quedando los deseos de unidad en solo intenciones con los desgastes y confusión que generan al electorado.
En última instancia ha surgido un cuarteto de aspirantes denominados “Independientes”, (de qué?) , que aspiran llegar a acuerdo para escoger un candidato o candidata único de ese colectivo, la intensión puede ser sana, sin embargo observamos que muy difícilmente se podrá consolidar una unión que canalice la voluntad de los electores y lograr unas mayorías en las urnas, a no ser que se trate de una estrategia para luego fortalecer una candidatura muy bien vista desde la Vicepresidencia de la República.
Para completar encontramos otros candidatos haciendo gala del más profundo populismo, principalmente en los corregimientos y barrios periféricos sumidos en el abandono, ofreciendo dadivas de diferentes naturalezas a unos electores que por su vulnerabilidad terminan votando sin saber por quién.
El horizonte que se avizora para la ciudad es sombrío ya que tenemos una ciudadanía sumida en la indiferencia y la resignación, que poco cree, actúa y valora el poder que tiene con su voto, terminando en gran medida aceptando y adecuándose a las imposiciones que desde ciertas esferas se forjan, en ello encontramos no solo pueblo raso, sino empresarios, líderes comunales, sindicalistas, miembros de gremios económicos, profesionales y comerciantes, entre otros.
Solo nos resta a los ciudadanos conscientes de que podemos construir una mejor ciudad prepararnos para establecer una férrea vigilancia sobre los actos de gobierno cualquiera quien sea el alcalde que se elija.
Jconrado51@yahoo.com