Como era previsible desde cuando fue elegido William Jorge Dau Chamat, como alcalde de Cartagena de Indias, se visualizaba una manera diferente de relacionamiento con diferentes actores estratégicos de la ciudad, comenzando por el concejo distrital, donde tradicionalmente se han venido manejado unas relaciones caracterizadas por el cambio transaccional “Que me dan a cambio de tal apoyo”, bajo esta premisa se negociaba la adjudicación de contratos, entregas de OPS (Ordenes de Prestación de Servicios), hasta secretarías o institutos enteros, donde los designados en las dependencias negociadas obedecían más a sus postulantes o padrinos políticos que a las propias directrices del alcalde distrital, creando de manera perversa unas relaciones caracterizadas por el beneficio personal por encima del bien general de la ciudad, para ello y con el fin de tener mayores mecanismos de manejo en algunos casos y de presión al ejecutivo en otros, se tomaban los organismos de control (Personería, Contraloría), ello explica como estudiaron en sus libros para elegir en el periodo pasado a la Contralora Distrital, sin que hasta la fecha se haya proferido un fallo definitivo de los concejales que participaron en la elección de marras.
Cuando se ha convivido con costumbres malsanas por mucho tiempo, pareciera que la forma como se han venido haciendo las cosas fuera lo normal, de allí que para muchos entender el cambio y aceptarlos se les dificulta, sobre todo para aquellos que el nuevo relacionamiento les implica perder privilegios personales que se consideraban ganados por el hecho de lograr una elección.
Encontramos como un hecho relevante en la administración que comienza, la forma como se han seleccionado y designado los responsables de las diferentes dependencias, donde se percibe una clara independencia y autonomía por parte del alcalde lo cual nos permite prever que los designados atenderán exclusivamente las orientaciones, políticas y directrices del alcalde Dau.
Ahora bien, respetando la voluntad popular de los elegidos tanto en cargos unipersonales como colegiados, es importante mantener la independencia de acción y el respeto que cada cual se merece, sin entrar en transacciones para lograr una aparente gobernabilidad que por lo general conducen a actos de corrupción que como ya se ha evidenciado conllevan a la falta de confianza en las instituciones y al atraso que ha venido arrastrando la ciudad, perdiendo la jerarquía que en antaño se tuvo.
Son muchos los frentes que le corresponde atender a la administración, comenzando por terminar de escoger los responsables de las dependencias que aún faltan y consolidar el equipo de gobierno bajo directrices claras del primer mandatario de los cartageneros, siendo pertinente y necesario para ello determinar el direccionamiento institucional, conocer e interiorizar los principios y valores rectores, así como el trabajo en equipo, siendo pertinente tener como foco los objetivos a lograr para beneficio de toda la ciudadanía, para ello con el alcalde a la cabeza, debe dar ejemplo en su accionar y todos los trabajadores de la alcaldía, sin consideración de la forma de vinculación laboral actual, ni de la manera como llegaron a los cargos que hoy ocupan, deben comprometerse a cumplir con sus funciones de manera honesta y eficiente en alto grado, invitando a las diferentes organizaciones de los trabajadores para que guíen a sus afiliados en aras de cumplir las metas trazadas, sin generar trabas en las etapas de los diferentes procesos donde les correspondan actuar, construyendo entre la administración y los diferentes sindicatos una alianza estratégica para beneficio de la ciudad.
Como el tiempo se convierte para la administración en un factor a vencer, es pertinente en estas primeras de cambio, comenzar a mostrar el camino a recorrer de aquí al 2023.
Como ya lo ha señalado el propio alcalde que dentro de sus prioridades está afrontar los factores determinantes de la pobreza extrema, sería pertinente priorizar algunas estrategias para tal fin, como: Educación, comenzando por una cruzada encabezada por el propio alcalde, la secretaria de educación, rectores y todo un equipo que propenda para que ningún niño en edad escolar se quede sin matricularse y permanezca en el sistema escolar.
Por otra parte, la generación de ingresos, a partir de desarrollar un propósito de ciudad con un horizonte que debe ir más allá del cuatrienio Dau, para convertir nuestra urbe en la más arborizada y de mejor paisajismo a nivel nacional, fijándose como meta la plantación de por lo menos 250.000 árboles anuales incluyendo especies frutales, generando ingresos para quienes participen en la siembra, poda y demás actividades de mantenimiento de espacios públicos como parques, separadores, canales entre otras actividades.
Además de lo arriba señalado, propiciar la seguridad alimentaria y reducir el embarazo en adolescentes serán el camino para romper los eslabones de la cadena que nos conducen no solo a la pobreza extrema sino algo mucho más vergonzoso e inaceptable socialmente, la pobreza eterna.
Mantener la cordura, no generalizar en las apreciaciones, ni dejarse desenfocar en los objetivos de gobierno, manteniendo una interacción permanente con la ciudadanía son elementos fundamentales para no dar opciones a quienes desde diferentes flancos le apuestan al fracaso de la actual administración.