Un análisis sobre los primeros 60 días del alcalde de Cartagena de Indias que publicó en su sitio web voxpopuli.digital, el periodista Edinson Lucio Torres el pasado 28 de febrero, habla de un mandatario errático en una ciudad caótica.
Dice el periodista que “la mala relación con el concejo, las numerosas reculadas, las fisuras al interior de su deleznable gabinete, es lo que lo hacen un alcalde errático en una ciudad caótica. “Los 60 días de Dau son 60 reculadas, 60 errores de gobierno”.
Lucio Torres señala en su análisis que el alcalde de Cartagena está “más perdido que el hijo de Limberg”, refiriéndose a las reiteradas salidas en falso, dice que “No sabe dónde está parado”, señala que el mandatario está atribulado, desesperado, acorralado. No sabe qué hacer y se pregunta. ¿Se devolverá a los Estados Unidos? ¿Está enfermo?
El periodista asegura que en los primeros 60 días del gobierno Dau, no se conoce un solo proyecto presentado al Concejo de Cartagena, tampoco tiene un solo acto de gobierno contra la corrupción “Caballito de batalla” de su campaña electoral.
“Pareciera que siguiera en campaña. Todavía no han encontrado la yuca para comerse los chicharrones (problemas) de la administración pública. Dau pareciera que estuviera indigestado de crear tanto chicharrones. Él mismo es un chicharrón”, señala el periodista en su análisis.
También manifiesta que tiene un gabinete marcado por una cadena de desaciertos que fisuraron la relación con la Jefe de Talento Humano, Martha Carvajal, en el caso de la «zarina anticorrupción», Lidys Ramírez Palencia. Agrega que la administración está paralizada. Caótica como su jefe, caótica como la ciudad que lo eligió.
Pocos han entendido las reculadas de “El Retractor”, dice el periodista y señala que, “los que están en el poder tras bambalinas, tampoco saben qué hacer. Dau recula y se traba. Su lenguaje se vuelve ininteligible, oscuro, ambiguo, mejor dicho, en un trabalenguas”.
Dice el periodista que a William Dau se le ve ido, de un lugar a otro, se rasca la cabeza como preguntándose «¿Dónde estoy?»