En el año 2013 la Organización de las Naciones Unidas mediante la Resolución 67/296 proclamó el día 6 de abril de cada año, como el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, fecha escogida para conmemorar la fecha de inicio de los modernos Juegos Olímpicos llevados a cabo en la ciudad de Atenas, Grecia, en 1896, realizados entre el 6 y el 15 de abril con la participación de 14 países e inaugurados ante un público de 60 mil espectadores.
La ONU en el 1978 reconoció que el deporte y la educación física son derechos fundamentales, los que hoy en día son ignorados por algunos países, pero que conservan el reconocimiento que fue ratificado en la declaración de la Agenda 2030 en la cual se declara al deporte como un instrumento necesario para el desarrollo sostenible y no como un lujo ni objeto de populismo en la sociedad, que por el contrario debe ser respaldado con una política pública ligada a una inversión importante a presente y a futuro por parte de los gobiernos.
La importancia de este día es el llamado a las organizaciones competentes del sector deportivo, privadas y públicas, organismos deportivos, distritales, municipales, departamentales, nacional, e internacionales, a la sociedad civil, atletas, profesionales o no, a los del juzgamiento, a los educadores, a las familias, las ciencias aplicadas, las ventas informales, los medios de comunicación en general, y a todos los demás interesados o pertinentes a que cooperen y observen el Día Internacional del Deporte denunciando el atropello que se hace a la comunidad negándole un derecho como este, el del deporte.
Todos los que pertenecemos al sector del deporte debemos leer la Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte como un documento de referencia basado sobre los derechos humanos que orienta y respalda el proceso de la toma de decisiones, que sienta las bases de la ética y la calidad para todos los actores encargados de diseñar, implementar y evaluar los programas de las políticas públicas deportivas, donde se incluyen nuevos principios universales tales como la igualdad de géneros, la no discriminación y la inclusión social dentro y fuera del deporte, la inclusión de las personas con discapacidad, la protección de los niños, constituyéndose así en una visión común de todos los representantes implicados en el mundo.
Todo lo anterior es para referirme a que, en el año 2019, año de los Juegos Deportivos Nacionales, teníamos la esperanza, como cartageneros y bolivarenses, que una vez finalizados estas Justas no volviéramos a ver lo que se predecía, lo inevitable, el fracaso a nivel departamental y el fracaso de nuestra ciudad Cartagena en lo deportivo y aún, en lo organizativo.
En este año 2020 tenemos la esperanza que en los Planes de Desarrollo del orden municipal, distrital o departamental los respectivos gobernantes se manifiesten como dolientes del deporte y comprendan que a través de él se pueden transformar vidas, consolidar la paz, erradicar la pobreza, potencializar y fortalecer la educación, la salud, brindándonos de esta manera un panorama lleno de ilusión que de seguro será útil para todos.
Para finalizar, y para orgullo del deporte en Bolívar, de este departamento han sido dos los abanderados en toda la historia de Juegos Olímpicos, uno de ellos fue José Domingo “El perro” Sánchez en los Juegos celebrados en 1936, en Berlín; y el otro, el más reciente, fue el boxeador y medallista de bronce, Alfonso Pérez, en los Juegos de 1972 de Múnich Alemania.
“El que tenga oídos para oír, que oiga”, dijo Jesús. Mateo: 13:9.