La emergencia sanitaria le ha llegado bien a la imagen del Presidente, y no me refiero a las ojeras ni a las canas cada vez más grises -y más reales- sino a la aprobación que alcanzó el jefe de estado este mes de abril, que, según la encuesta de Guarumo, alcanzó el 63.2%, mientras en el pasado mes de diciembre, el jefe de Estado convencía a poco más de un tercio -36.3%-* de los Colombianos.
Aunque el consejero de comunicaciones de la Casa de Nariño, Hassan Nassar, se da méritos en twitter por la favorabilidad de Duque “Desde la primera semana de abril tengo resultados de encuestas que muestran que la imagen presidencial subió más de 30 puntos, seguimos trabajando como si tuviéramos 40 puntos menos. Salvar vidas es la agenda”, lo cierto es que la subida se debe en mayor medida a una tendencia social de apoyar figuras autoritarias en tiempos de crisis, donde la meta es clara -Sacarnos del apuro-.
¿Recuerdan esos tiempos cuando parecía que navegábamos sin rumbo en este País? El lema del Gobierno era la “Economía Naranja” un concepto abstracto que es difícil de vender -y entender- que convenció a pocos colombianos. Mientras las previas administraciones habían tenido metas muy claras; Uribe, la seguridad democrática, y Santos, los acuerdos de Paz, Duque no vendió sus “naranjas” al público; generando un desgaste y descontento general enmarcado en las protestas del 21-N.
El Coronavirus, le dio un norte claro al Gobierno, solventar la Emergencia Sanitaria, una meta que, a diferencia de la anterior agenda, es de todos los Colombianos: El enemigo común de nuestro país y del mundo se llama COVID-19, la Pandemia nos genera terror, y naturalmente apoyaremos a los líderes que tomen medidas para aniquilarlo.
En tiempos de crisis, la oposición pierde protagonismo: Primero, porque todos portan la misma bandera: Solventar la Emergencia rápidamente -hoy llamada COVID-19-, y el público le dará respaldos a los que tienen la autoridad en el momento -Duque, Claudia, Dau-. Segundo, porque el Estado de Emergencia le da mayor exposición mediática al gobierno de turno, empujando a un lado de la foto las voces de oposición. Lo que permite al gobierno transmitir sus mensajes con poca interferencia.
Ahora, algo de mérito tiene el equipo de comunicaciones del Presidente: Las imágenes publicadas de un Duque en mesas de trabajo, entregado a aplanar la curva del virus, han vendido a Duque como el jefe de un equipo de expertos* que prioriza la vida de los colombianos. ¿Hasta cuándo durará el cariño de los Colombianos?
Aunque algunos estiman que la favorabilidad seguirá alta mientras estemos en cuarentena, lo cierto es que ya comienza a haber recelo en la ciudadanía: La gente pregunta si las medidas están pasando del papel a la acción y si estas están llegando a los que más la necesitan.
También puede ser que la caída comience en esta etapa de reapertura donde las discrepancias serán evidentes: El dilema -falso o no- de Salud Vs Economía se tomará los titulares.
Sin embargo, la prueba más dura para la imagen presidencial será una vez superada la Pandemia, cuando la tormenta económica se convierta en la preocupación número uno de los colombianos.