Triste lo que continúa pasando en el departamento de Sucre. Todos saben que se lo siguen robando descarada y descarnadamente. A nadie le importa y quienes están al frente de él no tienen el más mínimo ápice de misericordia o remordimiento.
Su saqueo se llama «negocio» y es cínicamente justificado con la sagrada asistencia a misa virtual cada domingo. Quien ejerce de gobernador en Sucre, Héctor Olimpo, si se observa la dinámica de su elección, sería ilegitimo, siendo claro que no es el único de «elegidos» que clasificaría en la ilegitimidad.
Está Sucre ante un escenario de luces y serpentinas que da asco. Todo es show, mientras el desangre continúa. Cada quien va por lo suyo. Salud, educación, infraestructura, cultura, padecen el ataque más cruel, que se llora sin lágrimas porque todo es aceptado y defendido fieramente por los perros y las perras que tras migajas o torrejas los acolitan y no en silencio, sino con aplausos.
¿Qué Sucre no se merece eso? La verdad es que Sucre es quien los elige, en el supuesto intríngulis de la compra y venta de votos, mas «normal» del mundo, donde la esclavitud electoral, ni se dan cuenta que existe, por el contrario la disfrutan.
No me cansaré de exponer el tema de la vía Las Tablitas- San Marcos, claro ejemplo de una aparente corrupción, a costas del sacrificio de todo Sucre. Acompañado del vil descaro anunciando con bombos y platillos el «avance» de un 8.3% de una obra que debería estar casi terminada y donde al parecer el problema real es de quien asesta el más vergonzoso raponazo. En fin, que al parecer se roben cual golero desgarrando la carroña, lo que les venga en gana, pero que terminen la obra ¡Descarados!
La mujer sucreña no es tenida en cuenta por la administración departamental, es así como la pereirana Karen Gaviria, les coloca el pie en la cabeza, las somete bajo el tacitismo tratándolas de inútiles, porque Héctor Olimpo no encontró una sanmarquera, toludeña, corozalera, sinceana, sincelejana o de cualquier rincón del departamento que le sirviera y por ello el desdén de posesionar a la señorita Gaviria con honores, sobre las coterráneas, a quienes con semejante acto les restriega que no valen nada.
El hospital de San Marcos, lo trataron como el «calabacito alumbrador», los cinco respiradores mecánicos para la unidad de cuidados intensivos, que faltan de los diez prometidos, se los embolataron y es a los propios sanmarqueros a los que les corresponde el reclamo.
Los acérrimos defensores del gobierno departamental, solo les digo, que no vayan en persona a necesitar -Dios no lo permita- o sus familiares, uno de esos respiradores, que hoy arrebatan a San Marcos y les toque recordar con llanto e impotencia, la lucha de la cual no participaron sino que atacaron.
Del COVID-19 nunca han dicho la verdad ¡triste!
¿Se lo cogieron en el pise y corre del robo a los mercaditos de la pandemia?
Con las luces del escenario encendidas, dice la Gobernación de Sucre, que con cinco mil costales que llevaron a la Mojana «estamos cambiando la historia de la Mojana y el San Jorge». Héctor por favor! al parecer róbese todo lo que quiera, pero no escupa en la cara a esta región, además de levantarla a patadas con semejantes publicaciones burlescas.
Perfil del columnista: Médico y Cirujano. U de Cartagena, Gerente en Salud. U de Cartagena. Emergencias y Desastres. U del Valle. Ex director de Unidad Dasssalud Sucre. Ex director Nacional de Servicios Ambulatorios ISS. Ex asesor Supersalud, Ex asesor Secretaría de Salud de Bogotá, excandidato Gobernación de Sucre, Columnista y conferencista.