Históricamente los niveles elevados de incertidumbre impactan negativamente a los principales índices del mercado y de forma positiva a los activos refugio como es el caso del Oro, esta interacción tiene lógica económica, la aversión al riesgo tiende a aumentar en momentos de alta incertidumbre.
Durante este año tan particular este comportamiento fue muy marcado por corto tiempo, es decir los principales índices de renta variable se precipitaron y recuperaron muy rápidamente, al mismo tiempo se ha intensificado con cierta persistencia el apetito por los activos refugio como es el caso del Oro.
Durante el último trimestre los niveles de incertidumbre según los principales indicadores, como es el caso del EPU(Economic Policy Uncertainty Index) han oscilado por encima de su media histórica desde el 2015 y se encuentra más cerca de su máximo que de su media, el precio del Oro ha alcanzado su máximo histórico por encima de 2000USD por onza troy, es decir que esta materia prima ha superado los niveles de precio alcanzados en el periodo 2008 – 2011, Época de la crisis ‘sub-prime’, para entonces el valor alcanzó los 1920USD.
¿Es el precio elevado del oro una manifestación de desconfianza a nivel global?
En el escenario actual, los niveles altos de incertidumbre están justificados por el efecto sistémico que tiene la pandemia del coronavirus y el efecto de las políticas públicas globales para ralentizar su propagación, políticas que también ha ralentizado la economía a nivel global.
A esta dinámica se le adiciona un aumento de los niveles de tensión geopolítica entre los líderes y miembros del G7, así como la llegada de la segunda ola de contagio la Covid, todo ello acompañado de un deterioro significativo y atrasado de los indicadores de la economía global.
Del otro lado de la balanza, se encuentran los estímulos de los gobiernos a las economías y la esperanza poco realista, según los científicos, de las vacunas y su distribución para los próximos meses en el contexto de la reapertura parcial.
Gran parte del deterioro de la economía aún no ha sido subsanado, sin embargo, en este contexto tan complejo, los principales índices de mercado también han oscilado alrededor de sus máximos históricos, insinuando una recuperación de la economía en forma de “V” o posiblemente una manifestación clara de la “exuberancia irracional” de los mercados financieros (sobrevaloración).
Joseph Stiglitz, advierte que la recuperación económica en forma de “V” parece más una fantasía que una realidad, puesto que la coyuntura se asocia a un conjunto de cambios a nivel estructural cuyo efecto sistémico aún no se percibe en la realidad, algunos ejemplos de estos cambios a nivel estructural serian: Aumento de la desigualdad, Incremento de la deuda y los efectos de la política monetaria expansiva.
La desigualdad y su aumento deriva de la repartición inequitativa de los estímulos gubernamentales, como también de una vulnerabilidad sectorizada que por supuesto afecta con mayor severidad a los pequeños comercios.
El aumento de la deuda es el producto de aumentar los niveles de apalancamiento para intentar salvar al aparato productivo. La estrategia monetaria expansiva, consiste en mantener las tasas de interés de referencia cercanas a cero, este mecanismo puede ser uno de los principales estímulos a corto plazo para justificar el comportamiento alcista de los índices de renta variable, debido a que las tasas bajas desestimulan la inversión en activos de renta fija mientras promocionan la deuda.
La promoción de la deuda ‘barata’, beneficia superlativamente a los sectores productivos con la inteligencia, estructura y capacidad de endeudarse a un bajo costo y generar utilidades consistentes en estas circunstancias atípicas, ojalá y a nivel macro esto se traduzca en creación y mejora de la empleabilidad y capacitación del talento humano y no solo en sofisticación tecnológica.
¿Es sostenible una economía global con tasas de referencia tan bajas?
Teniendo en cuenta estas consideraciones sobre el escenario, vale la pena reflexionar sobre el nivel de precio tan alto al que cotizan los índices de renta variable en una economía donde los niveles de demanda de bienes y servicios se han deteriorado junto a la confianza del consumidor de los cuales muchos han sufrido los estragos que ha traído el Covid-19 al mercado laboral.
¿Puede el acceso al crédito y el estímulo contrarrestar rápidamente los efectos de una recesión o más bien agudizarla a largo plazo?
No hay respuesta a esta pregunta, toca ser muy cautos, atentos y observar los signos y síntomas de la economía. La incertidumbre se asocia a altos niveles de delincuencia y malestar social, también ha aumentado la proliferación desmedida de Ciber-ataques y de supuestas oportunidades de inversión y ‘gurús’ que ofrecen ‘oportunidades de negocio’ con rentabilidades extraordinarias.
La invitación en esta columna es a crear el hábito de comprendernos mejor a nosotros mismos y a nuestro entorno socioeconómico, antes de invertir en cualquier activo o negocio, analizar bien las pistas del entorno, entender bien el negocio en cuestión y descartar la posibilidad de que se trate de una manifestación de la “exuberancia irracional”.
Tasas de Interés de la FED respecto a niveles de Incertidumbre.
Perfil del columnista: Andrés Eduardo García Arredondo. Mejor Saber Pro a nivel país en Administración y afines (2016). Profesional en Administración y Negocios Internacionales. Magister en Administración. Magister en Ingeniería Financiera. Hace parte de un equipo de Analítica Avanzada en una FinTech Colombiana y se desempeña también como trader financiero independiente.