Según el Diccionario de la Real Academia Española por progresismo se entienden las ideas, doctrinas y actitudes avanzadas, audaces, modernas y adelantadas.
Ahora, si a lo que se hace referencia es a movimientos y partidos políticos, necesitamos acudir a la historia para comprender su significado. El progresismo tiene como antecedente la Revolución francesa que con el paso del tiempo se ha concretado en la lucha por los derechos civiles y políticos. Valga la aclaración, por el derecho a la vida, a la dignidad, a la igualdad y por lo tanto a la protección contra la discriminación. El derecho a la libre expresión, así como a elegir y ser elegido. No hago uso de la expresión “participar en la vida política de la sociedad” porque todo aquello que nos afecta en la vida cotidiana es político.
De la mano de los derechos civiles y políticos, se encuentran también los derechos económicos, sociales y culturales que son la base material para garantizar los primeros, es decir los civiles y políticos. Derechos que a su vez se encuentran articulados con los derechos culturales y del medio ambiente. Hasta aquí hablamos de los derechos androcéntricos. Sin embargo en el año 2017, en la actualización del Diccionario de la Real Academia Española se incluyó la palabra “especismo” para señalar la “discriminación de los animales por considerarlos inferiores” aduciendo a la creencia del ser humano de considerarse superior al resto de los animales.
Claro está que mucho antes, en el siglo VI antes de Cristo ya se venía discutiendo sobre la consideración hacia los animales y desde finales del siglo XX, en Estados Unidos y en Europa se habían preguntado ¿los animales son realmente inferiores al animal humano?, permitiendo durante el siglo XXI el desarrollo de una ética animal, que en palabras de Amalia Mosquera, reflexiona sobre la consideración moral que deben recibir los animales no humanos, así como las consecuencias que esto tiene. Es decir, no es suficiente con tratar bien a los animales, se requiere revisar los procesos de investigación y los procesos de producción de productos de consumo del animal humano. Reflexiones sobre la crisis a la que el antropocentrismo tiene sumido al planeta y a la misma humanidad.
Muestra de esta crisis planetaria se encuentra en la explotación de la naturaleza con las diferentes prácticas extractivitas: minería a cielo abierto, contaminación del agua, los monocultivos que general cambio en los ecosistemas produciendo enfermedades. Prácticas de explotación que nos conducen a crecientes conflictos ambientales, incluyendo enfermedades de salud pública como el Ébola (fiebre hemorrágica), el Covid-19 y enfermedades tropicales entre muchas otras. Entonces los mismos desarrollos de la ciencia, a través de académicos de diferentes latitudes nos hacen un llamado a la protección de la vida en todas sus manifestaciones. Llamado que ha dado origen a diferentes movimientos sociales y políticos “progresistas” a escala global.