Las cartas están fluyendo, se acercan las elecciones y el país vibra de emoción. Somos un país de carrera política y politiquera. Más de 70 personas entre hombres y mujeres, como por arte de magia, han estado en el sonajero de presidencia y/o cargos de elección popular. Muchos ilustres conocidos y desconocidos de diferentes regiones que asoman sus “narices de Pinocho”, efectuando reuniones en lugares azotados por la corrupción, violencia, hambruna y los estragos producto del invierno. En sus alocuciones no llevan ninguna clase de soluciones a corto, mediano y largo plazo. Solo se dedican al entramado de la consecución de los votos.
En dichas reuniones y aprovechando la coyuntura proselitista, aparecen líderes de todo espécimen, se toman fotos y pagan para que se las publiquen y se ufanan de tener “dizque” dos mil o diez mil votos… que nunca han mostrado, pero dicen tener.
Lo que no saben estos “líderes fantasmas” es que el aprovechamiento es de doble vía ya vivimos en un estado de plutocracia con un gobierno de ricos para los ricos, siendo que sus objetivos primordiales están centrado en mantener la hegemonía política y empresarial dándole seguridad a los proyectos económicos de los monopolios y oligopolios, protegiendo su riqueza, sin tener una verdadera comunicación con la ciudadanía, como se ha demostrado en los últimos sucesos de las protestas sociales.
Hay que entender que el contubernio entre intereses económicos y políticos, es de vieja data y se ha trasladado a las regiones, permeando elecciones en alcaldías y gobernaciones, asegurándose que la plutocracia perdure no solo a nivel central, sino regional, no importa si es legal o ilegal.
Para un una eficaz aplicación de la plutocracia, los gobernantes, en forma socarrada aplican la geopolítica, donde el seudonacionalismo ha servido para aumentar la corrupción y el apoderamiento de los dineros públicos -caso Mintic con centros poblados- ya que los corruptos cohonestan entre ellos, se defienden y el jefe de la plutocracia los conoce y los pasan de un lado a otro en cargos de manejo, para tener siempre aceitada la maquinaria política de del bienestar plutocrático.
Cuando esa maquinaria está en su esplendor, el establecimiento pasa a la Cleptocracia (del griego clepto, ‘robo’; y cracia, ‘poder’ = dominio de los ladrones) al funcionar a la perfección el engranaje institucional del peculado, el nepotismo y el clientelismo político con impunidad total, generalmente aliado con un reducido sector de la ley y la justicia.
La voracidad del poder y el dinero en los gobiernos cleptocráticos los van llevando poco a poco a la pérdida del poder, reduciendo sus espacios y desapareciendo con el tiempo, producto su desatención en el ejercicio del poder y el núcleo social mayoritario de la población va tomando caminos diferentes en las preferencias políticas.
¿Qué esperamos de los partidos del centro, la derecha, la centroizquierda y de la izquierda? Se espera un contundente golpe de ley para los cleptócratas, se les persigan sus depósitos fraudulentos consignados en paraísos fiscales y paguen con cárcel real sus desafueros con los dineros birlados al estado y los contribuyentes.
También esperamos unos candidatos con altos conocimientos de la geoeconomía y la geopolítica, que tomen decisiones reales y efectivas con apoyo del sector empresarial, trabajadores, campesinos, gentes del común, estudiantes, jóvenes, mujeres, sectores de la discapacidad, afros, indígenas, deportistas, iglesias, emprendedores, todos “jalando” para impulsar nuestra economía, creación de empleo, internacionalizar la economía, el libre mercado y el empresarismo para verdaderamente entrar en el desarrollo de todos los sectores de la producción, aprovechando la coyuntura actual, donde la economía Colombia creció a un ritmo de 14,3%´
Ello demuestra el empuje del colombiano, y si entramos en la geoeconomía, impulsaremos mucho más nuestro desarrollo con decisiones estratégicas apoyando las Mipymes que son el presente y futuro de nuestra economía buscando la meta del 7.5 de crecimiento para finales del 2021 y ayudando con ellos a la creación de empleo que no va acorde con el crecimiento anotado, ya que actualmente las grandes empresas revaluaron sus maquinarias y están produciendo más con los mismos trabajadores.



