Luego del deprimente partido contra Perú en el que se volvió al «jugar como nunca y perder como siempre» las cámaras se centraron en la actitud del referente de la selección Colombia, James Rodríguez quien fue visto arremetiendo contra los aficionados que abuchearon a los jugadores una vez se dio el pitazo final, luego en las redes sociales se dejó ver un video en el que de camino a los camerinos insulta a los fanáticos tildándolos de «malagradecidos de mierda».
Una actitud que demuestra sin lugar a dudas el declive de uno de los mejores jugadores que ha tenido Colombia en su historia, luego de pasar de la liga inglesa a un equipo de una liga de bajo nivel competitivo, de no ser llamado a varias convocatorias de la selección a insultar y a maltratar a la hinchada que aliente o no aliente tienen derecho a chiflar si se les da la gana, pero parece que la selección está llena de consentidos que no están dispuestos a recibir críticas, cuando los últimos resultados de seis partidos sin ganar por eliminatorias demuestran que no existe nada por agradecer pues en el fútbol se vive de resultados no de añoranzas.
El «Pibe» Valderrama ante lo sucedido expreso: «Hay que decir las cosas como son. Jugamos mal y por eso perdimos… y, cuando uno juega mal, lo silban.
Los aplausos hay que ganárselos, así como los silbidos se los gana uno. ¡La afición no se toca! Le mando el mensaje de una vez: ¡la afición no se toca! Por qué, cuando uno juega bien, la afición aplaude; cuando juega mal, se tiene que comer los silbidos».
Otro de los referentes que tocó el tema fue Faustino Asprilla quien se refirió a décadas atrás cuando la presión era mucho mayor y cuando se jugaba mal los trataban mal dentro y fuera del campo en cambio en la actualidad donde los jugadores están arropados y protegidos por el cariño de la afición.
Lo cierto es que una de la reciente época dorada del fútbol colombiano empieza a acabar con grandes jugadores como Juan Guillermo Cuadrado, Radamel Falcao, David Ospina y James Rodríguez, por lo cual es hora de empezar a formar una nueva camada de jugadores jóvenes con hambre de triunfar con Luis Díaz y Yasser Asprilla, invertir en una buena formación de jugadores y sobre todo comenzar un proceso con técnicos realmente capacitados y comprometido con un estilo unificado de juego.