Cuando comenzó el SITM en Cartagena de Indias era agradable y seguro viajar en los buses de Transcaribe por la seguridad y comodidad que ello representaba para el usuario que podía durante el recorrido, inclusive en las mismas estaciones de parada revisar su celular sin temor a que nadie les arrebatará sus pertenencias.
La organización del Sistema presagiaba la entrada a la modernización lejos de la incomodidad que generaba en los buses corrientes el vendedor ambulante, el músico, el evangelista o los payasos que se subían de manera permanente a vender, pedir ayuda, dar a conocer la palabra o simplemente ponerle un poco de humor al momento para recoger una moneda y de esta manera hacerle el quite a las necesidades del día.
Lamentablemente las cosas fueron cambiando, la mala administración en cabeza del alcalde William Dau Chamat, ha ido poco a poco minando el SITM que hoy se ha convertido en todo un dolor de cabeza para los usuarios. Algunas estaciones de parada son refugio de indigentes y drogadictos, varios de los automotores se han incendiado en pleno recorrido poniendo en peligro a los usuarios, se les ha negado el acceso por falta de tarjetas y ahora como si fuera poco la falta de vigilancia policial y seguridad privada expone a los pasajeros a permanentes robos y atracos dentro de los vehículos y en las estaciones de parada de donde también los delincuentes se han robado hasta los monitores que indicaban el recorrido de los buses articulados y alimentadores.
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Al no existir orden, los buses se fueron invadiendo de vendedores ambulantes, pastores religiosos, músicos, payasos y los infaltables venezolanos con la misma historia del desplazamiento pidiendo para comer y pagar la habitación. Esto fue facilitando las cosas al delincuente que ante la falta de controles vio la forma de entrar y salir rápidamente luego de perpetrar sus atracos a mano armada como se evidencia en varios videos que son virales en redes sociales. Solo en los dos últimos meses se registraron once robos ante la mirada indiferente de un gobierno negligente y nefasto que está dejando acabar un Sistema que aunque costoso y con todas las falencias habidas y por haber, ha marcado un punto de desarrollo en la infraestructura de la ciudad.