El reciente atentado que dejó dos muertos y un herido en el norte de Barranquilla ha generado más preguntas que respuestas. Las autoridades aún no han confirmado el objetivo de esta incursión armada, que inicialmente se manejó como un ataque contra Jorge Luis Alfonso López, hijo de Enilce López, alias ‘La Gata’.
El incidente ocurrió este jueves 23 de mayo y, a pesar de los avances en la investigación, la claridad sobre las motivaciones del ataque sigue siendo esquiva. Una serie de irregularidades y detalles sospechosos han surgido en medio de las pesquisas.
En primer lugar, llama la atención la ausencia de los guardias del Inpec con Alfonso López al momento del ataque. Solo había un escolta en el cuarto piso para su seguridad, pese a que López ha insistido en la necesidad de un equipo propio debido a las constantes amenazas que recibe. Esta situación ha levantado sospechas, especialmente cuando se supo que el equipo de la Presidencia de la República recibió primero los videos del ataque, con cortes intencionales y mensajes de alerta para el presidente Gustavo Petro, quien rápidamente se pronunció en Twitter.
Según un informe exclusivo de Blu Radio, la Policía estableció que, en las labores anticipativas de inteligencia, no hubo evidencia de recientes compras de armas ni registro de un plan criminal entre bandas que pudiera derivar en este atentado. Sin embargo, las armas abandonadas por los sicarios, tanto dentro de la clínica como en los vehículos en los que se movilizaban, eran nuevas o mostraban poco uso.
Otro punto intrigante es la aparente inexperiencia de los sicarios. Los diez hombres involucrados dejaron tras de sí una cantidad significativa de evidencia: gorras, chaquetas de la Sijín, carnés falsos de la Policía, armas y hasta celulares personales. Todo esto fue encontrado en la clínica y los vehículos, lo que apunta a una ejecución desordenada y poco profesional.
Los investigadores notaron, al revisar los videos de seguridad, que una mujer que abrió la puerta de la clínica a los sicarios había estado en el sitio por un largo tiempo y había interactuado con algunos escoltas de Alfonso López. Este detalle añade una capa de complejidad a la situación, sugiriendo que pudo haber complicidad interna.
Finalmente, la identidad de una de las víctimas también genera dudas. El exparamilitar ‘Chino Sandoval’ fue uno de los fallecidos en el ataque. Sandoval había sobrevivido a dos intentos de asesinato en los últimos dos meses y se encontraba en la clínica sin su esquema de seguridad otorgado por la UNP. Su presencia en el lugar del atentado y su condición desprotegida plantean interrogantes sobre su rol en el evento y sus posibles conexiones.
A medida que las investigaciones continúan, las autoridades deberán esclarecer estos y otros detalles para entender las verdaderas motivaciones detrás de este atentado y la posible implicación de actores internos y externos. La confusión y las sospechas actuales sólo refuerzan la necesidad de una investigación exhaustiva y transparente.