- Por: Álvaro Morales de León
El sábado 23 de noviembre nuevamente hubo marchas contra el gobierno del presidente Petro convocadas por la oposición y la ultraderecha colombiana, las cuales se organizaron una vez más para marchar en ciudades como Bogotá, Barranquilla, Cali, Bucaramanga, Cartagena, Medellín, Pereira y Manizales, motivadas por protestas contra las reformas sociales que se tramitan en el Congreso, y, según ellos, también por la forma como el presidente está manejando el país.
Las noticias recogidas de la misma prensa que le hace eco a la derecha, como los periódicos El Tiempo y El Espectador, dan cuenta de que la asistencia a tales marchas fue bastante «regularona», más bien, bastante escasa de asistentes en todas las ciudades, calificándola como una marcha de «cuatro gatos», como dicen. ¿Será que ya están aburridos de tanto marchar contra Petro? ¿O será que ya no le están «comiendo cuento» a Uribe, a María Fernanda, o a Paloma?
He llegado a pensar y también a la conclusión de que muchos de los que salen a marchar a pleno sol caliente y hasta con hambre contra el presidente Petro, en su mayoría no saben ni por qué lo hacen. Creo que la mayoría lo hace por alguna motivación económica, a la cual le añaden una buena dosis de odio que le inyectan contra el mandatario de los colombianos, odio que el marchante acepta y réplica sin saber por qué lo hace, ni por qué tiene que odiar al presidente de la República, como se lo impone el agente extremista de la derecha que lo abordó.
Con las medidas que toma cualquier gobierno, en este caso el colombiano, la intención siempre estará enmarcada en beneficiar al pueblo, así lo dice la Constitución Política, y así hay que cumplirlo. Nunca será para perjudicarlo, como desinforman los líderes de la oposición y la prensa al servicio de la ultraderecha colombiana encargada de desinformar, como lo hace a diario con el gobierno del presidente Gustavo Petro, y en especial con sus reformas sociales.
Todos somos colombianos, y obviamente, lo son también los que protestan, y lo son también los de la oposición, y los de la derecha; pero tanto los de la derecha como los de la izquierda, los que protestan o los que no protestan, no pueden perder de vista que, cuando todo el paquete de reformas sociales del presidente Petro sea aprobado, todos, absolutamente todos los ciudadanos, por el hecho de ser colombianos, seremos beneficiados con las bondades de cada una de esas reformas.
A ningún colombiano que sea beneficiario de las bondades de las reformas sociales aprobadas en el gobierno del presidente Gustavo Petro le van a preguntar si es de derecha, de izquierda, de oposición, si protestó contra ellas, o no protestó. Eso nunca va a ocurrir. Simplemente, por el hecho de ser colombiano, tendrá el derecho a ser adjudicatario del beneficio de cada una de tales reformas, dependiendo del caso, ya sea la pensional, la laboral, la de la salud, la de la educación, la de la justicia o la política.
Mi reflexión, independientemente de si usted quiere salir a protestar o no, es que no se deje inducir a marchar sin saber por qué lo hace. No deje que le induzcan a odiar sin saber por qué lo hace. Documéntese, estudie las propuestas del gobierno, en este caso, las del presidente Petro, y no se deje engañar ni confundir. Si sale a marchar, hágalo convencido de que lo hace por una causa que usted entiende. No se deje llevar por los extremos de la derecha que lo confunden e inducen al odio.
Finalmente, usted está en la libertad de salir a marchar a favor o en contra del presidente Gustavo Petro, a favor o en contra de su gobierno, en contra o a favor de sus reformas, o para apoyar o rechazar la forma como el presidente está manejando el país. Usted está en la libertad de hacerlo… Así pensamos y así somos los demócratas.