Es urgente y necesario que, como sociedad, rechacemos con firmeza los cobardes ataques sicariales contra los valientes hombres y mujeres de la Fuerza Pública. Ellos también son hijos e hijas de Colombia, de familias que sufren como la tuya y la mía cuando uno de los suyos es maltratado o asesinado.
No es culpa de un policía si tú decides embriagarte y ponerte violento, queriendo agredir a otros, y tienen que intervenir para evitar una tragedia. Tampoco es culpa suya si violas las normas de tránsito, si conduces sin documentos, sin casco, o pones en riesgo tu vida y la de los demás. Ellos actúan para protegerte, incluso de tus propias decisiones irresponsables.
No los odies por cumplir su deber. Cumple tú con las normas que existen para protegernos a todos. No conviertas tu irresponsabilidad en una falsa «indignación» cuando eres tú quien los obliga a actuar.
Lamentablemente, son pocas las autoridades administrativas que se pronuncian con claridad frente a estos ataques cobardes. Nuestros policías y militares son los primeros en responder cuando hay una emergencia, cuando un ciudadano —cualquiera que sea— los necesita. Merecen respeto y respaldo.
Invito a la ciudadanía a rodear, proteger y reconocer a nuestros uniformados. Sin ellos, no hay orden, y quedamos a merced de quienes, desde la ilegalidad, se hacen llamar “ejércitos del pueblo”, aunque no queda claro a qué pueblo representan. Porque al pueblo colombiano lo tienen asfixiado con asesinatos, extorsiones, amenazas e inundado de droga. Pero confiamos en que Dios es grande.
Nota: En honor a la verdad, es justo reconocer el esfuerzo del alcalde de Sincelejo, Yahir Acuña Cardales, quien a través de su programa «Jóvenes de Paz», ha logrado rescatar a más de 1.500 jóvenes que antes vivían del crimen, y que hoy trabajan para construir una ciudad mejor. Esta acción no solo dignifica a esos jóvenes y a sus familias, sino que representa una de las estrategias más efectivas para combatir la violencia, la pobreza y el desempleo en nuestros territorios. Un verdadero ejemplo a seguir.



