Durante dos intensos días, la Armada de Colombia, a través del Comando Específico de San Andrés y Providencia, en colaboración con la Fundación LionFish Expedition, realizó una jornada de caza del pez león (Pterois volitans).
Este esfuerzo, enfocado en controlar la población de esta especie invasora, se desarrolló en Cayo Albuquerque, una isla estratégica situada a 25 millas náuticas al suroeste de San Andrés.
El pez león, registrado por primera vez en la región insular en 2008, se ha convertido en una amenaza significativa para los ecosistemas locales. En esta reciente jornada, el ejemplar más grande capturado alcanzó un tamaño de 35 cm, destacando la proliferación y el tamaño de estos peces en la zona.
La actividad no solo buscó reducir la presencia del pez león, sino también permitió a los buzos de la Estación de Guardacostas de San Andrés y a los voluntarios de la Fundación LionFish Expedition realizar un monitoreo exhaustivo de la especie. Este análisis incluyó la evaluación del contenido estomacal de los peces capturados, proporcionando información valiosa sobre su dieta y el impacto en la biodiversidad marina local. Además, se investigó la presencia de microplásticos y sustancias nocivas que podrían afectar hormonalmente a la fauna marina.
Una característica positiva de la caza del pez león es su aptitud para el consumo humano. En la región, los peces capturados se utilizan no solo como alimento, sino también para la elaboración de artesanías como aretes, collares y pulseras, fomentando el desarrollo social y económico de las comunidades locales. Asimismo, la reducción de la población de pez león favorece la conservación de otras especies marinas como pargos y meros, beneficiando a los pescadores de la zona.
En Cayo Albuquerque, el Comando Específico de San Andrés y Providencia opera un Puesto Naval Avanzado (PNA), que además de ejercer soberanía, realiza monitoreos continuos de la anidación de tortugas marinas, incluyendo las especies carey, cabezona, baula y verde.
La Armada de Colombia reafirma su compromiso con la preservación de los ecosistemas marinos y de la reserva de biósfera Seaflower, declarada por la UNESCO en el año 2000. A través de estas acciones, continúa fortaleciendo su labor en pro del medio ambiente y la biodiversidad de la región insular.



