La Corporación vivió una de sus jornadas más tensas del año: acusaciones, advertencias de irregularidades, llamados a devolver la terna y un pulso interno que terminó obligando al presidente Rafael Meza a revertir su propio cronograma.
Lo que debía ser un trámite institucional terminó convertido en un choque político que dejó en evidencia la fractura interna del Concejo de Cartagena. Tras horas de discusiones, advertencias sobre posibles irregularidades e incluso la caída de una propuesta de sesiones extraordinarias, la Corporación finalmente fijó el 30 de noviembre, último día de sesiones ordinarias, como la fecha para elegir al nuevo contralor distrital.
La decisión se tomó luego de que la polémica por el cronograma —modificado inicialmente por el presidente del Concejo, Rafael Meza— pusiera contra las cuerdas la legitimidad del proceso, no solo por los tiempos, sino por denuncias sobre la documentación incompleta de algunos candidatos.
El detonante de la crisis fue la decisión del presidente del Concejo, Rafael Meza, de mover la elección del contralor del 30 de noviembre al 2 de diciembre. Su argumento: la ley exige cinco días hábiles para recibir observaciones ciudadanas desde la entrega de la terna (24 de noviembre).
Pero varios concejales, encabezados por Carlos Barrios, denunciaron que elegir el 2 de diciembre sería abiertamente extemporáneo, pues las sesiones ordinarias terminan el 30 de noviembre. “Hacerlo el 2 sería irregular y podría desencadenar investigaciones”, advirtió Barrios.
Mientras Meza defendía que sábado y domingo no cuentan como hábiles, otros cabildantes insistían en que el sábado sí debía computarse, dejando habilitado el domingo 30 como fecha válida.
En la mañana del 26 de noviembre, Meza intentó salvar su cronograma proponiendo sesiones extraordinarias hasta el 10 de diciembre. Pero el Concejo le dio un revés contundente: 13 votos en contra, 4 a favor y 2 ausentes.
La derrota expuso públicamente su aislamiento dentro de la corporación. Entre los que rechazaron las extras estaban Javier Julio Bejarano, Wilson Toncel, Pedro Aponte, Carlos Raad, Gloria Estrada y otros pesos fuertes del cabildo.
El concejal Pedro Aponte puso otro ingrediente en la crisis: pidió devolver la terna a la Universidad de Cartagena por denuncias de documentos incompletos y falta de claridad jurídica.
“El presidente se ha cansado de pedir respuestas, pero la universidad no ha contestado”, reclamó Aponte.
Meza, acorralado, admitió que las dudas existen, que el proceso tiene tutelas y derechos de petición pendientes, y que la terna fue entregada apenas dos días antes de la discusión.
Tras un receso de casi cinco horas, el Concejo retomó sesión. Allí, Meza —visiblemente presionado— anunció un cambio radical: se acogía a la posición mayoritaria.
El nuevo cronograma quedó así:
- Recepción de observaciones: del 25 al 29 de noviembre
- Entrevistas y elección de contralor: 30 de noviembre a las 9 a. m.
El presidente recordó que siguen esperando aclaraciones de la Universidad de Cartagena frente a las denuncias sobre la terna, pero el Concejo dejó claro que no aplazará más.
- Días hábiles: la interpretación que dividió al Concejo | Para establecer claridad, un abogado consultado explicó que:
- Los días hábiles legales van de lunes a viernes.
- Los sábados no cuentan, aunque muchas entidades trabajen ese día.
- El Código General del Proceso ratifica que los plazos vencen en día hábil y pueden extenderse solo si el último día es inhábil.
En otras palabras: Meza tenía razón jurídicamente, pero políticamente estaba completamente solo. Aun así, algunos concejales recordaron que el Concejo sí puede sesionar sábado, domingo o festivo, aunque eso no convierte esos días en hábiles.
Lo ocurrido dejó una conclusión clara: el Concejo de Cartagena logró resolver su encrucijada, pero a un costo político alto. La falta de respuestas de la Universidad, la improvisación en la modificación del cronograma, la resistencia de la Mesa Directiva y el choque entre interpretaciones jurídicas minaron aún más la credibilidad de un proceso ya desgastado. Ahora la expectativa se concentra en qué pasará el 30 de noviembre y si la elección del contralor logrará salir sin nuevas sombras o impugnaciones.



