Presidente Duque, sincérese con los colombianos, usted está gobernando con rabia, se le nota soberbia, perdió la alegría vista en campaña, no por la pandemia, sino, que viene soportando una oposición que no le perdona nada, con la misma fiereza, que tuvo usted, Uribe y su partido con Juan Manuel Santos, que tampoco le perdonaban una, luego, ya sabemos cómo funciona la democracia, mal haríamos si se abandona la crítica, pero hacerla constructivamente, esa tarea en mayor compromiso le corresponde a sus contradictores políticos, lo que no se debe acolitar es llegar al irrespeto físico, moral o aniquilación del contrario.
Todas las personas tienen muletillas o dichos pegados que de forma involuntaria se frasea coloquialmente terminándolas algunas de centenares existentes, con la palabra “viejo”.
Es normal en nuestra sociedad costeña o cachaca (Mención del costeño para referirse a toda persona del interior del país), lo que nos pone a pensar es que Colombia sabe la disputa política entre el uribismo y petrismo, gobierno y oposición, entonces también es normal que una persona atacada en forma permanente, esté cansado de ser tildado, señalado de cada acto realizado, esté aburrido y lance en cualquier momento, en caliente, improperios contra sus adversarios, evidenciado en videos, lo más extraño aún es que el video haya salido del celular de la vicepresidenta Ramírez, que de manera sorpresiva lo lanzó a las redes sociales, sin controles internos por parte de su equipo de trabajo, dónde Colombia, también sabe que entre usted y la vicepresidenta, existen rencillitas aún sin resolver creando una especie de hipocresías mutuas de intereses electorales, configurando un posible fuego amigo.
“A los hombres se les ha de mimar o aplastar, pues se vengan de las ofensas ligeras, ya que de las graves no pueden: la afrenta que se hace a un hombre debe ser tal que no haya ocasión de temer su venganza”. Att: Maquiavelo.
Nos acostumbramos, a si me insultas, te insulto, si me agravias, te agravio. Estas malas conductas, se dejan pasar entre la gente, pero presenciarlas por parte de nuestros dirigentes, deja mal ejemplo y sin sabor, sirviendo solo para acrecentar polarización e ira ciudadana, en un país ya convulsionado, que se ofende por cualquier estupidez, lo vemos con relación a las expresiones del presidente ¿De qué me hablas viejo? O la vieja esta.
Sin duda son ofensas, en realidad están los bandos políticos enfrentados, las personas no son idiotas, existen sentimientos despóticos que están afectando la institucionalidad y la estabilidad de gobernanza, situación que debe recomponerse si queremos salir de las crisis sociales y ahora sanitarias, unidos y fortalecidos como Nación puede lograrse.
La relación de políticos en Estados Unidos, brinda una experiencia; ellos se apoyan cuando reciben ataques internacionales, tanto demócratas como republicanos, respaldan al presidente para liderar las decisiones que los proteja, pero en el plano nacional, vuelven hacer adversarios con su diplomacia gringa, aquí ni lo uno, ni lo otro.
Duque, debe corregir su liderazgo, darle opción real a la oposición política para que a su vez le ayude a redireccionar decisiones cortas que solo favorecen a particulares y no al interés general. Tanto gobierno como oposición bajen la guardia para lograr mejores soluciones. Cógela suave viejo.