Tras la situación de alerta naranja que se mantiene en el Volcán Nevado del Ruiz, el gobierno nacional en coordinación con las autoridades locales de los departamentos de Tolima y Caldas acordaron implementar estrategias para dar continuidad a las actividades educativas y garantizar el suministro de la alimentación escolar en las zonas de influencia del cráter Arenas.
A partir de este lunes 10 de abril, 1.247 estudiantes de 54 sedes educativas de los departamentos de Tolima y Caldas que se encuentran ubicadas en zona de riesgo, estudiarán bajo modalidades flexibles desde sus casas.
Entre tanto los establecimientos ubicados en zonas de alto riesgo deberán adoptar modalidad de trabajo en casa o albergues transitorios en zonas seguras, y reportar el diagnóstico de afectaciones a los Consejos Departamentales y Municipales para la Gestión del Riesgo.
El volcán Nevado del Ruiz ha registrado un promedio de 9.000 sismos por día en los últimos 4 días, algo sin precedentes en el tiempo que se viene monitoreando.
Para los geólogos el nivel de actividad actual que presenta el Volcán indica que podría haber una erupción mayor a las que ha hecho en los últimos 10 años, este también podría volver a nivel de actividad amarillo en caso de que los registros sísmicos y movimientos disminuyan.
El Nevado del Ruiz es un volcán de tipo explosivo lo que implica el fracturamiento de roca y la expulsión de esta junto a gases y fluidos a altas velocidades y temperaturas como ocurrió en la tragedia de Armero, que dejó unas 25 mil personas fallecidas.
«Dependiendo del tipo de erupción que haga el volcán, así serán las consecuencias, por ejemplo, si esta no genera flujos piroclásticos, que son los fenómenos más letales de una erupción volcánica y que, por fortuna, se restringen a las zonas más próximas al cráter, los municipios de la zona de influencia podrían tener afectación porcaída de ceniza o de un material un poco más grueso», conceptúan expertos.
Si la erupción fuese más grande, las principales problemáticas serían la caída de ceniza y la formación de flujos de lodo que afectarían los ríos que nacen en el volcán. Como la mayoría de estos desembocan sobre el río Magdalena, habría muchos municipios afectados.