La empresa eléctrica denunció que atiende 887 barrios subnormales con más de 165 mil familias, donde el recaudo mensual apenas alcanza el 5,19%. Pide al Gobierno Nacional y alcaldías acciones urgentes para superar la crisis que amenaza la sostenibilidad del servicio en la región.
Afinia advirtió que deja de recaudar más de $300 mil millones de pesos anualmente en los barrios eléctricamente subnormales de los municipios donde opera, en los departamentos del Caribe colombiano. El dato, revelado en su más reciente informe de gestión con corte a agosto de 2025, evidencia el impacto financiero y operativo que esta situación tiene sobre la prestación del servicio de energía en la región. “Una cifra que refleja con claridad el impacto financiero y operativo que esta situación tiene sobre la prestación del servicio de energía en la región Caribe”, señaló la compañía.
Desde la Ley 812 de 2003, Colombia reconoció a estas zonas como “especiales” y dispuso garantizarles el acceso a la energía según sus posibilidades de pago y condiciones técnicas. Sin embargo, 22 años después, los retos persisten. Estos asentamientos nacidos por desplazamiento, pobreza o crecimiento urbano desordenado se han convertido en uno de los mayores desafíos de Afinia, que alerta sobre bajos niveles de recaudo, pérdidas de energía y falta de subsidios del Gobierno Nacional.
Actualmente, la empresa atiende 887 barrios subnormales, donde habitan más de 165.070 familias, con un consumo promedio de 49 millones de kWh mensuales. La facturación estimada asciende a $26.483 millones, pero el recaudo efectivo apenas llega a $1.375 millones, es decir, una tasa del 5,19 % mensual.
Solo 377 barrios (42,5%) cuentan con certificación técnica expedida por las alcaldías, requisito que debe renovarse anualmente para reconocer oficialmente su condición de subnormalidad eléctrica.
Mientras se gestionan recursos para ejecutar proyectos de normalización, Afinia mantiene el suministro mediante 2.169 medidores totalizadores o comunitarios, que agrupan a unas 165 mil familias. Estos equipos permiten registrar el consumo global por sector, sin facturación individual ni control sobre el consumo real.
El gerente general de Afinia, Ricardo José Arango Restrepo, afirmó que “superar la subnormalidad eléctrica no solo es un reto técnico, sino una urgencia social. Cada familia que accede a un servicio formal y medido representa un paso hacia un Caribe más seguro y sostenible”.
Afinia anunció que adelanta un censo detallado de suministros no residenciales en estas zonas, para implementar esquemas de facturación más equitativos que fortalezcan el recaudo. Simultáneamente, la empresa trabaja con alcaldías, gobernaciones y la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios (SSPD) en mesas técnicas para priorizar barrios y ejecutar proyectos de modernización eléctrica, que incluyen:
- Renovación de redes y transformadores.
- Instalación de medidores individuales.
- Campañas de cultura de pago y uso seguro de la energía.
Asimismo, Afinia aplica periodos de continuidad concertada, avalados por la regulación, que establecen interrupciones temporales del servicio según el nivel de recaudo comunitario, reduciéndose progresivamente a medida que se cumplan los compromisos.
La empresa advierte que la subnormalidad eléctrica no solo genera desequilibrio financiero, sino que refleja una deuda social con miles de familias que viven en condiciones precarias y riesgosas. “En estas zonas es común encontrar cables improvisados, postes de madera, alambres de púa y materiales reciclables utilizados como medios de conexión para acceder a la energía, sin condiciones de seguridad ni respaldo técnico”, explicó Afinia.
La compañía reiteró su compromiso con la seguridad eléctrica, el acceso equitativo y la corresponsabilidad ciudadana, y llamó al Gobierno Nacional a cofinanciar proyectos de legalización y formalización eléctrica. “Nuestro propósito es transformar la realidad energética del Caribe, pero para lograrlo se requiere el esfuerzo conjunto de todos los actores: empresa, autoridades y comunidad”, concluyó Arango Restrepo.



