Un informe internacional con más de 270.000 participantes muestra que consumir alimentos —especialmente calientes— en envases plásticos se asocia con un deterioro progresivo en la salud mental. En Colombia, los datos confirman la misma tendencia.
Comer comida fría o caliente en recipientes plásticos podría estar afectando el funcionamiento cerebral de millones de personas. Así lo demuestra el nuevo reporte del Global Mind Project, desarrollado por la organización internacional de investigación Sapien Labs, basado en datos de más de 270.000 individuos en 130 países.
El informe surge tras recientes descubrimientos científicos que detectaron microplásticos en el cerebro humano, lo que llevó a indagar si su consumo a través de alimentos y bebidas podría afectar el bienestar emocional y mental.
El reporte, titulado Rapid Report 2025: Plastics and Mind Health, analizó la información de 273.735 personas participantes en la evaluación global del Mind Health Quotient (MHQ), un indicador que mide 47 aspectos del bienestar mental.
Los resultados fueron contundentes: a mayor consumo de alimentos en envases plásticos —especialmente calientes— menor es el puntaje en salud mental.
El deterioro se manifiesta en áreas como:
- Capacidad cognitiva
- Motivación
- Equilibrio emocional
- Conexión mente-cuerpo
- Relaciones sociales
Incluso quienes llevan una dieta saludable presentan disminuciones cuando consumen alimentos servidos en plástico.
En el caso colombiano, los datos muestran la misma tendencia global:
- 93,5 puntos MHQ: quienes rara vez o nunca comen de recipientes plásticos.
- 88,1 puntos MHQ: consumidores ocasionales (unas pocas veces al mes).
- 80,7 puntos MHQ: quienes lo hacen varias veces por semana.
- 65,4 puntos MHQ: personas que usan plástico todos los días.
La caída entre quienes nunca consumen alimentos en plástico y quienes lo hacen diariamente es de casi 30 puntos, un impacto significativo en el bienestar emocional y mental.
El estudio destaca que el riesgo aumenta cuando los alimentos son calientes. Aproximadamente 19% de quienes rara vez consumen comida caliente en plástico presentan síntomas de afectación mental. Esta cifra se incrementa de manera progresiva conforme aumenta la frecuencia de uso.
Para Sapien Labs, este informe representa la primera evidencia global de una posible relación directa entre:
- El uso frecuente de recipientes plásticos
- El deterioro generalizado de la salud mental
Y esta asociación se mantiene incluso entre personas que no consumen ultraprocesados, lo que sugiere que el plástico podría tener un efecto independiente y directo en el funcionamiento cerebral.
El impacto es generalizado y no se limita a un solo tipo de síntoma: afecta la resiliencia, la claridad mental, la motivación y el estado de ánimo.
«Alrededor de la mitad de la población moderna consume alimentos calientes en recipientes plásticos cada semana, una frecuencia suficiente para generar una preocupación real sobre su impacto en la salud mental», advierte Tara Thiagarajan, Ph.D., fundadora y científica en jefe de Sapien Labs.
Aunque los mecanismos biológicos aún no están del todo claros, los hallazgos refuerzan la recomendación de moderar el uso de envases plásticos para alimentos.
El informe sugiere medidas básicas:
- Evitar calentar comida en recipientes plásticos
- Reducir el uso de envases desechables
- Preferir materiales como vidrio, acero inoxidable o cerámica
- Optar por alternativas reutilizables en casa y en el trabajo



