Importantes ex alcaldes y ex gobernadores -todos más bien de centro derecha- están por estos días tratando de darle forma, con algo de afán, a la «Coalición de las regiones», para llevar a alguno de ellos a la Presidencia de la República.
Si finalmente logran que todo cuadre con los intereses personales de cada uno, estaríamos sin duda ante un experimento inédito en Colombia: una especie de movimiento político federalizado. Qué recuerde, lo más parecido a esto ha sido la llamada «Ola verde» de los ex alcaldes de Bogotá Enrique Peñalosa, Lucho Garzón y Antanas Mockus, a la cual se sumó luego el ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo.
Ese movimiento muy capitalino, con el Partido Verde como base, capturó esa vez el voto antiuribe y puso a Mockus en la segunda vuelta presidencial del 2010, en la cual fue derrotado fácilmente por Juan Manuel Santos, quien tenía detrás al entonces presidente, muy popular tras ocho años de mandato.
¿Puede suceder algo parecido con la alianza de estos ex alcaldes y ex gobernadores de ahora, algo más heterogénea? El experimento, por lo que se sabe, tendría más diferencias que coincidencias con la «Ola verde».
Un personaje común de ellas es Enrique Peñalosa, quien en su carrera política ha usado o hecho alianzas con varios partidos para sacar adelante sus campañas. Fue liberal, fue el líder verde más de derecha y su última alcaldía la impulsó Cambio Radical.
Ahora es, sin duda, el político de más experiencia y más reconocido entre sus pares en esa alianza. Puede que no sea muy «popular» en su feudo, pero si ha mostrado ser eficiente, como decía la frase de combate del último tramo de su más reciente alcaldía.
En la alianza regional estarían también como figuras principales el ex alcalde de Medellín Federico Gutiérrez, cercano a Uribe; la ex gobernadora del Valle Dilian Francisca Toro, líder del partido de la U, que nació uribista, luego fue santista y hoy también está cerca del gobierno uribista de Iván Duque; el ex gobernador y ex alcalde antioqueño, Luis Pérez, liberal de toda la vida; y el ex alcalde Álex Char, dueño desde hace años del poder en el Atlántico y, por lo que se sabe, el hombre fuerte de la política en la Costa y en el Partido Cambio Radical. Hay otros nombres más de ex gobernantes regionales en esta coalición rara, pero ninguno tendría aspiraciones presidenciales reales como los otros cinco.
Si se tratara de escoger el de mayor estatura política, sin duda Peñalosa sería el indicado para representarlos en cualquier tarjetón de aspirantes presidenciales. Dobla en experiencia a Char y Gutiérrez. Puede que sea algo impopular en Bogotá, pero no lo es en el resto del país. Y claramente es alguien que podría darle una fuerte pelea a Petro, a quien ya enfrentó con fiereza en el terreno capitalino.
Sin embargo, esta alianza no se proyecta tan favorable para Peñalosa. Primero, sería un tanto contradictorio que una alianza de regiones tuviera un líder bogotano, centralista. Y, segundo, el ex alcalde cachaco nunca ha tenido una estructura política muy fuerte. Depende mucho del voto de opinión.
En eso tiene una ventaja clara Char, quien es el promotor primario de la alianza y busca lograr a través de este acuerdo político el reconocimiento y la estructura política nacional que hoy no tiene. Ganar la Costa no sería difícil para el multimillonario ex alcalde barranquillero, pero sí requeriría de aliados fuertes en Bogotá, Cali y Medellín -donde es casi nadie y donde están los votos que le faltan- para intentar convertirse en el primer presidente costeño en más de 130 años.
Un punto interesante será la definición del mecanismo para ungir al candidato de este movimiento. Si es con encuestas, Peñalosa podría quizá darle la pelea a Char por su reconocimiento. Si es con una consulta popular, Char tendría más ventaja por su potente maquinaria costeña.
Sin embargo, tendría que ser una consulta antes de marzo del 2022, porque llevar la definición hasta las elecciones parlamentarias de ese mes plantearía problemas, por cuestión de tiempo y definición de fórmulas, para entrar en otra alianza -hoy claramente necesaria- con el Centro Democrático y el conservatismo, con el fin de escoger un candidato único que asegure el cupo a la segunda vuelta.
Avanzar hasta esa fecha de marzo sin candidato definido no parece un escenario conveniente, a menos que la evolución de la campaña les muestre que no necesitan más socios porque tienen suficiente fuerza para ser al menos segundos en la primera vuelta. Eso, en este momento, parecería un acto suicida.
La otra situación, la de buscar socio, plantea un interrogante más: ¿el candidato de esta alianza si podría ganarle al escogido por el uribismo y al del conservatismo en unas ‘primarias’, estas sí en marzo? Y la respuesta es sí tiene posibilidades, porque en el uribismo no parece haber un gran aspirante y el ex presidente tendría que esforzarse mucho para posicionarlo, dado el desgaste de su partido en el gobierno. La fórmula de ‘el que diga Uribe’ no sería la más recomendable esta vez.
La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, si se lanza como se espera, puede ser un rival fuerte como candidata conservadora, pero también tendría dos desventajas: venir de un gobierno desgastado y contar con una maquinaria política menos potente que la de la alianza en ciernes, con Cambio Radical, gran parte de ‘la U’, una fracción de liberales y varios independientes unidos.
El candidato de la alianza regional seguramente trataría de sacarle provecho a la no identificación con el gobierno, a pesar de que sus líderes tiene ‘amigos’ en puestos importantes del gabinete de Iván Duque. Tener en la centroderecha una carta más desuribizada podría resultar la fórmula ideal para todo esa parte del espectro político que quiere evitar a toda costa un movimiento hacia el otro extremo, entiéndase Gustavo Petro.
Como se ve, el experimento de los ex alcaldes y ex gobernadores es extraño, pero puede ser el elemento clave de la próxima contienda presidencial. Un eventual triunfo de una coalición con esta alianza a la cabeza plantearía otras preguntas sobre el futuro de la estructura partidista del país e incluso de su esquema constitucional.
Sin embargo, es mejor no adelantarse y esperar primero a ver si el experimento realmente cuaja. En la primera foto de hace una semana, en Bogotá, estaban Peñalosa y Fico Gutiérrez con Char. En la del viernes pasado, en Barranquilla, estaba solo Char con Dilian Francisca, Pérez y otros de menor peso. ¿Significará algo esto? La próxima reunión es en Buenaventura. Esperemos la foto.
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