El mundo no estaba preparado para la virtualidad al 100% y menos Colombia, solo algunas excepciones como empresas privadas, multinacionales extranjeras con asiento en Colombia u otras colombianas que manejan sus comunicaciones y negocios en un alto grado virtualmente. Hasta los bancos que mundialmente están con virtualidad en nuestro país han tenido una serie de impases por dicho cambio.
Todo esto se agudizó más cuando empezó la pandemia del Covid-19 “CO” corresponde a “Corona”, “VI” a “virus” y “D” a “disease” (“enfermedad”) enfermedad de un virus en forma de corona descubierta en 2019; conocida mejor como Coronavirus.
En Colombia pocos colegios privados han tenido la facilidad y los recursos para poder tener la enseñanza y aprendizaje de manera correcta debido a que son clases casi individualizadas profesor – alumno con un máximo de 5 estudiantes, lo que se conocen como clases personalizadas. Lo cual es muy difícil para los colegios públicos y más para las universidades sean públicas o privadas.
En Todas las Universidades Publicas de Colombia la única metodología que ha funcionado es la presencial, porque hasta las semi presenciales cada mes o cada quince días, semanales o fines de semana, no han dado resultado, ejemplo de ello son los Centros Regionales de Educación Superior (CERES), que fueron una mala estrategia del Ministerio de Educación Nacional el cual buscaba desconcentrar la oferta en educación superior y ampliar su cobertura; promovía la conformación de alianzas interinstitucionales que posibilitan el uso compartido de recursos humanos, financieros, de infraestructura y conectividad donde participan el Gobierno nacional, departamental, local, la sociedad civil, el sector productivo y la academia, con un objetivo común: «Generar oportunidades de desarrollo social y económico a las comunidades, a través de la generación de oportunidades de acceso a la educación superior». Pero todo esto quedo en el papel porque no funcionó tal como se esperaba, pues Colombia no es un país desarrollado y con las tecnologías suficientes para poder resolver estas necesidades básicas insatisfechas.
Un ejemplo concreto es lo que estamos viviendo en la Universidad de Sucre que aunque siendo la única universidad pública del departamento, la mayoría de estudiantes, no cuentan con acceso efectivo, eficaz y eficiente del internet, lo cual causa aumento en la deserción, retención y mortandad académica.
Si de cada 50 estudiantes de un salón recibiendo clases presenciales, el 10% en promedio entiende lo planteado ósea 5 estudiantes, de manera virtual solo el 2% comprende lo explicado, es decir, 1 estudiante.
Cuando terminemos esta pandemia se debería reestructurar el modelo de enseñanza y aprendizaje en Colombia en la Universidades Publicas que son prácticamente rurales por el lugar de donde vienen sus estudiantes. Y una de las posibles soluciones que planteo es que la enseñanza sea detectando a cada estudiante individualmente como aprende según su estilo de aprendizaje, por otro lado que sean máximo 30 estudiantes por cursos, donde existan monitores académicos que sean estudiantes que aprendieron la materia y saben explicarla, así también un monitor por curso el cual sea un estudiante del mismo salón y que ha venido entendiendo los pre saberes de dicha materia y puede explicarles de mejor forma a sus pares.
Además, la importancia de la enseñanza mediante materias en todo el pensum netamente practicas o teórico practicas, porque de una vez entenderían los estudiantes los conocimientos impartidos.
José Rodrigo Hernández Ávila |
Docente de planta Universidad de Sucre, Colombia. Doctorante en educación, magister en ingeniería, especialista en estructuras, ingeniero civil, diplomado en docencia universitaria y tics. Email: Jose.hernandez@unisucre.edu.co