En un reciente desarrollo desde la Escuela Militar General José María Córdova en Bogotá, se ha confirmado que el general Óscar Vera, quien se desempeñó como jefe de Inteligencia durante el gobierno de Iván Duque, dejará el Ejército.
Esta decisión se produjo en el contexto de una reunión crucial convocada por el Ejército Nacional, en la que participaron más de 100 comandantes de las Fuerzas Armadas, centrada en la difícil situación de orden público que enfrenta el país.
La solicitud para la salida del general Vera fue hecha por el comandante del Ejército Nacional, general Emilio Cardozo. Vera ocupaba el puesto de comandante de la Quinta Brigada del Ejército, con sede en Bucaramanga, Santander.
Notablemente, el general Vera no asistió a esta reunión con los demás comandantes, un hecho que ha generado especulaciones sobre las razones detrás de su salida.
Con 52 años, Vera, nacido en Pamplona, Santander, es uno de los últimos comandantes con rango de general y una destacada trayectoria en el ámbito de la inteligencia militar. Durante su tiempo como jefe de Inteligencia bajo el gobierno de Duque, jugó un papel crucial en diversas operaciones y estrategias de seguridad nacional.
La salida del general Vera podría tener varias implicaciones para el futuro de la inteligencia y la seguridad del país. Su experiencia y conocimiento en el campo de la inteligencia militar han sido considerados valiosos, y su retiro marca el fin de una era para un grupo de oficiales con formación especializada en este ámbito.
El motivo oficial de su salida aún no se ha aclarado por completo, y se espera que en los próximos días se revelen más detalles que puedan arrojar luz sobre esta decisión. Mientras tanto, la noticia ha suscitado debates en círculos militares y políticos sobre la dirección futura del Ejército y la continuidad de las políticas de inteligencia que se implementaron durante el gobierno de Duque.
Este movimiento se da en un momento crítico para Colombia, con desafíos significativos en el frente de la seguridad y el orden público. La transición en el liderazgo de la inteligencia militar será observada de cerca, tanto por los actores nacionales como por la comunidad internacional, dada la importancia de la estabilidad y la seguridad en la región.