El trágico choque entre un avión comercial de American Airlines y un helicóptero militar en las afueras de Washington ha dejado al menos 67 personas muertas convirtiéndose en el peor desastre aéreo en Estados Unidos en más de una década. La colisión ocurrió la noche de este miércoles 29 de enero de 2025 cerca del aeropuerto Ronald Reagan, dejando un saldo de 64 pasajeros y tripulantes del avión y tres militares del helicóptero sin vida.
El jefe de bomberos de Washington, John Donnelly, confirmó que la fase de rescate ha dado paso a una operación de recuperación de cuerpos. Hasta el momento, han sido recuperados los restos de 28 pasajeros del avión y uno del helicóptero.
La operación de rescate ha sido descrita como “extremadamente compleja” debido a las bajas temperaturas del agua, de aproximadamente 2 grados Celsius, y la oscuridad de la noche. Más de 300 socorristas, junto con guardacostas y helicópteros, trabajan en condiciones adversas para recuperar a las víctimas.
La Administración Federal de Aviación (FAA) informó que el avión siniestrado era un Bombardier operado por una subsidiaria de American Airlines y viajaba desde Wichita, Kansas, hacia el aeropuerto Ronald Reagan. Por su parte, el helicóptero Black Hawk realizaba un vuelo de entrenamiento nocturno con una tripulación experimentada que utilizaba gafas de visión nocturna.
Un audio del servicio de tráfico aéreo muestra a los controladores preguntar reiteradamente al helicóptero si tenía “a la vista” al avión comercial y, justo antes del choque, instruirle que “pasara por detrás” del avión. “Acabo de ver una bola de fuego y desapareció”, se escuchó decir a un controlador tras perder comunicación con el helicóptero.
El presidente Donald Trump confirmó la tragedia ante los medios de comunicación y expresó sus críticas a través de su plataforma Truth Social. “Este accidente debería haberse evitado”, escribió. El mandatario cuestionó el manejo de la situación por parte de la torre de control.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, destacó la experiencia de la tripulación del helicóptero y explicó que realizaban una evaluación nocturna anual obligatoria. Sin embargo, las causas exactas del accidente siguen bajo investigación.
Este accidente se suma a otros desastres aéreos ocurridos en el aeropuerto Ronald Reagan, como el del vuelo 90 de Air Florida en 1982, que se desplomó tras el despegue, dejando 78 muertos. Las autoridades han advertido que las operaciones de recuperación podrían durar varios días mientras se investigan las causas del choque.