En un giro significativo dentro de la guerra comercial que ha tensado las relaciones económicas globales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles una pausa de 90 días en la aplicación de los aranceles decretados el pasado 2 de abril para los países que han optado por el diálogo en lugar de la confrontación. Esta tregua incluirá una reducción temporal del gravamen al 10%, como muestra de buena voluntad hacia los más de 75 países que han iniciado negociaciones con Washington para resolver sus disputas comerciales.
La medida, sin embargo, contrasta con el endurecimiento sin precedentes de los aranceles hacia China, que pasarán del nivel actual al 125% con efecto inmediato. Trump justificó esta acción como una respuesta a la «falta de respeto» del gigante asiático hacia los mercados internacionales, especialmente después de que Pekín elevara al 84% las tarifas sobre productos estadounidenses en represalia a los aranceles previos de EE.UU.
En un mensaje publicado en la red social Truth Social, Trump afirmó que China ya no podrá seguir «estafando a los Estados Unidos y a otros países», marcando un tono desafiante en el pulso comercial entre ambas potencias.
Por su parte, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, defendió las decisiones como necesarias para dar estabilidad al mercado global en un momento «inestable», y reafirmó que Estados Unidos está dispuesto a negociar con cada uno de los países que han optado por vías diplomáticas.
La decisión podría redefinir el rumbo de las relaciones comerciales globales en las próximas semanas, en medio de una creciente presión sobre las cadenas de suministro, los mercados bursátiles y las alianzas estratégicas internacionales.