Mi apreciada y distinguida dama: Colombia vive sus últimos meses para conquistar el poder o perderlo definitivamente. Con todo respeto, quiero hacerle una sana reflexión para bien de todos.
Vicky, no es prudente hacer señalamientos contra uno de sus compañeros de oposición. Bien pudo haberlos hecho durante su vida en el periodismo, antes de iniciar campaña. Hacerlo ahora contra uno de ellos pierde valor sustancial por inoportuno, y se convierte en un mal aliciente que puede interpretarse como una actitud oportunista, justo ante la acogida que ha tenido su amigo, el doctor Abelardo de la Espriella. Dicho sea de paso, no he tenido el honor de conocerlo, como tampoco a usted.
Esta próxima contienda electoral tiene vital importancia para la salud de la República y para la supervivencia de la democracia. El debate electoral del 2026 será histórico: servirá para proclamar la libertad y el orden, o para condenarnos de rodillas, de por vida, bajo el nefasto mandato de un narcoestado.
El abanico de precandidatos honra a la oposición contra el presidente Petro. Todos son importantes y todos tienen suficientes méritos para asumir y gestionar la administración de la nación. En la medida en que la oposición muestre sus garras de habilidad, cultura, solidez y humildad, más compleja se le hará la situación a nuestros contrincantes, que se disfrazan de demócratas cuando en realidad son sus más viscerales enemigos.
La obligación moral es unirnos, no crear distancias a través de señalamientos que ya están fuera de lugar, por las razones que antes expuse. Créame, mi apreciada y admirada Vicky: es hora de los equilibrios emocionales. La historia está en sus manos. En la unión, sin egoísmos, está la suerte de la patria y la posibilidad de triunfar.
Si usted concentra sus energías en esos detalles de señalamientos, con el paso de los días perderá la noción del verdadero concepto.
Atentamente,
Senén González Vélez | Abogado, profesor universitario, columnista, escritor y asesor legal.