Faltan diez meses, aproximadamente, para que el encargado alcalde de Cartagena de Indias, Pedrito Tomás Pereira Caballero, finalice, si así lo quiere el presidente Duque y la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez, la misión que le encomendaron de dirigir los destinos de la ciudad en este perturbado cuatrienio de gobierno; compromiso que aceptó y asumió no sólo sacrificando su aspiración como candidato para las elecciones del 2019, sino aceptando el “innovador” e incómodo método de cogobernar bajo el yugo de la señora Vicepresidenta.
Recordamos que Pedrito no ha ocultado su apetencia por ocupar el primer cargo público del Distrito; aceptó, además de ser integrante de la terna del Partido Conservador Colombiano, someterse al confesionario del presidente Duque y aceptar las condiciones que se le impondrían desde la Casa de Nariño como efectivamente ocurrió hace cinco meses.
En el supuesto que Pedrito llegue al final del gobierno, o sea, al 31 de diciembre del presente año, podríamos concluir que poco o nada ha pasado hasta la fecha, o sea, durante el primer tercio de su encargo, y que dentro los otros dos tercios faltantes es decir, los diez meses restantes, si Duque lo quiere, los cartageneros esperamos que por lo menos se muevan en algo para mejorar los vergonzosos índices socio-económicos que cada cierto tiempo le enrostra “Cartagena como Vamos” a las autoridades civiles y administrativas de la capital de Bolívar.
El eco de este último informe acopiado entre noviembre y diciembre del pasado 2018 es motivo de comentarios, pronunciamientos y preocupaciones y que muchos expresan asegurando que vendrá el próximo y los resultados o serán los mismos, o aún peores.
Que triste -señor Alcalde-, que la población sienta que el hambre ha aumentado, y que el número de los que sólo alcanzan a ingerir dos de las tres comidas sigue su línea de ascenso.
Que triste alcalde Pedrito, que la ciudadanía exprese descontento por el servicio de Transcaribe; que el valor de los pasajes sea el más alto de toda Colombia; que cada vez es mayor la demora en la frecuencia de los buses y que nada se hace para detener la proliferación de pregoneros y pedigüeños que aparecen en los trayectos.
Gran parte de la población percibe que la corrupción ha incrementado; muy pocos se sienten optimistas frente a la situación económica de la ciudad; muchísimos están convencidos que es muy difícil encontrar trabajo; y a muy pocos les parece que en la ciudad es fácil emprender una actividad económica independiente.
Que penoso es, doctor Pedrito, que la sensación de inseguridad no haya sido posible disminuirla desde el año 2015; y que a pesar de los simulacros de respuestas a emergencias, más de la mitad de los ciudadanos consideren que las autoridades no están preparadas para afrontar desastres.
A todo esto hay que añadirle, señor Alcalde, el incremento en los casos de Dengue y otras enfermedades tropicales.
Se ha puesto de moda el estar diciendo en cuanto a evento o pacto se convoca, el ilusionismo que con 641 millones de dólares la ciudad estará libre de pobreza en el 2033, cuando ni siquiera se ha podido con el Marcado de Bazurto, ni con el de Santa Rita, ni con el Caño Juan Angola, ni con los hospitales inconclusos, ni con el deterioro de la infraestructura educativa entre otros grandes problemas.
Señor Alcalde, si a usted se le cumplió el anhelo de ser el primer mandatario de Cartagena de Indias, ayude a mejorar la calidad de vida de su gente.