Creo que son pocos los que ignoren que el nombre del próximo gobernador de Bolívar está más que cantado. Será de manera indudable, Vicentico, un joven madurado biche en la política, o mejor, en la politiquería, por cuenta de su padre, el ex senador Vicente Blel Saad, quien lo emplea como estandarte o mampara al igual que lo hace con su hija Nadia, la senadora, ante la imposibilidad de hacerlo personalmente por las sanciones que la justicia colombiana le impuso por el resto de su vida.
Vicentico, el cándido e ingenuo muchacho de paso imperceptible por la Duma Departamental de Bolívar y el Concejo Distrital de Cartagena no será precisamente a quien le corresponda tomar las decisiones de gobierno, y de pronto, ni siquiera sea el que llegue a sentarse en el solio de los gobernadores del departamento, porque las decisiones, se sabe de antemano, que las tomará principalmente su padre, Vicente, el viejo, si es que los socios de este amaño electoral, los igualmente condenados William Montes, Javier Cáceres y Juan José García, o Lidio García Turbay, el senador y sepulturero del Partido Liberal, así se lo permiten.
La suerte en cuanto a la repartición de la torta en esta nueva componenda electoral está echada. El reparto de la burocracia y la contratación del departamento de Bolívar en el periodo 2020-2023 ya está pactada entre los clanes politiqueros que se han asociado para montar a Vicentico como muñeco en la gobernación, y se cumplirá si es que entre ellos no sucede algo diferente por causa de insatisfacciones, disputas y enemistades, como casi siempre ocurre.
Pero si no hay trifulca o desavenencias, repito, entre los promotores de este contubernio, los ya mencionados, lo más seguro es que ya se hayan repartido el departamento de Bolívar así como hicieron con los vestidos de Jesús los que lo cuidaban en el momento de la crucifixión.
No se necesita ser vidente ni agorero para saber de antemano como será la repartición o la adjudicación de la torta en el manejo político, administrativo y financiero en el departamento de Bolívar en el próximo cuatrienio, o para pronosticar, lo más seguro, un rompimiento en las primeras de cambio, porque definitivamente la torta no alcanzará para tanto invitado a la fiesta.
Probablemente William Montes seguirá con sus amigos y familiares manejando la Secretaría de Salud y la Secretaría de Educación del departamento, y nada raro tiene que aspire al manejo y control de la Secretaría de Minas.
El senador Lidio García Turbay es previsible que se conforme con seguir controlando el Instituto de Deportes, Iderbol, y la Secretaría de Víctimas.
Blel, el viejo, de manera indudable e irrefutable se reservará para sí toda la estructura económica y financiera del departamento, o sea, la Secretaría de Hacienda, la Tesorería, la Oficina de Impuestos y la Oficina de Presupuesto; pero lo más seguro es que también se adjudique la Oficina Asesora Jurídica, y monte, o haga elegir a un Contralor Departamental de sus afectos y obediencia.
Los personajes anteriores son, junto con los otros condenados Javier Cáceres Leal y Juan José García Romero, y los investigados senadores Lidio García Turbay y Dayra Galvis Méndez, principalmente, los promotores de esta conspiración electoral contra el departamento de Bolívar.
¿Pero que le tocará a Javier Cáceres, a Juan José García Romero y a Dayra Galvis si lo que queda es el “hueso pelado”, y lo cual se constituirá sin duda alguna en el motivo de la disputa que sólo el tiempo nos terminará dando la razón?
¿Y al pueblo que le adjudicarán?, tampoco se necesita ser adivino para saberlo. Le seguirán adjudicando la misma miseria y la misma pobreza.
Finalmente, no me llevo ningún honor de haber descubierto nada nuevo.