“…Esos neófitos, tomaron sátiras burlescas para endilgarle a la ministra epítetos de ignorante, atrevida, iletrada, bruta, bestia y muchas más, cuando han debido investigar sobre la temática…”
La falta de conocimiento de un tema es la perdición del crítico, por tal razón, muchas personas entre ellos, gente del común, letrados, intelectuales, y de manera especial empresarios y politicastros dedicados a controvertir todo lo que un gobierno intenta implementar, tomaron la disertación de la ministra de Minas y Energía en el reciente Congreso Nacional de la Asociación Colombiana de Minería (ACM) realizado en Cartagena de Indias, para denigrar de la ministra y del Gobierno, cuando le expresó a Colombia y al mundo: «Nosotros necesitamos exigirle también en el marco de esta geopolítica global a los otros países que comiencen a decrecer en sus modelos económicos, porque de ese decrecimiento depende también que nosotros logremos un equilibrio mayor y que los impactos del cambio climático nos afecten menos».
Esos neófitos, tomaron sátiras burlescas para endilgarle a la ministra epítetos de ignorante, atrevida, iletrada, bruta, bestia y muchas más, cuando han debido investigar sobre la temática y darse cuenta que ello no es nuevo, cuando el economista, matemático y estadístico Rumano Nicholas Georgescu-Roegen 1906-1994, en su libro “La ley de la entropía y el proceso económico 1970/1971”, fue el primero en hablar de la termodinámica y la entropía que desencadenó en la Termoeconomía y la Bioeconomía, que en palabras sencillas se refiere a la utilización de la “energía libre”.
Nico, como le decían cariñosamente, no quiso hacer parte del gobierno comunista de Rumania y antes de la segunda guerra mundial se exilió en Estados Unidos, y desde allí, poder poner en práctica sus conocimientos científicos en Termoeconomía y Bioeconomía como padre de la Bioeconomía, para contrarrestar los anacrónicos modelos occidentales de matemáticos-económicos de convertir el crecimiento económico como la única fórmula para el desarrollo y bienestar del mundo.
Definamos algunos conceptos para mayor ilustración. Termoeconomía: Es el punto de encuentro de la termodinámica y la economía ecológica con el desarrollo sostenible. Bioeconomía, está mucho más direccionada al medio ambiente para el logro del desarrollo sostenible. La FAO lo define como «la producción, utilización y conservación de los recursos biológicos, incluidos los conocimientos relacionados, la ciencia, la tecnología y la innovación, para proporcionar información, productos, procesos y servicios a todos los sectores económicos con el objetivo de avanzar hacia una economía sostenible».
Cuando la ministra con fundamento aseguró que el Gobierno debería exigirle a los países desarrollados con modelos ciento por ciento en función de la riqueza, que pensaran en “decrecer sus modelos económicos”, no se refería a incentivar la hambruna como los más ecléticos lo enuncian, sino para disminuir los efectos del cambio climático no solo en Colombia, sino en todos los países del mundo. Un ejemplo palpable es él lo que sucede en la Antártida con el «glaciar del fin del mundo» que se derrite, por efectos del calentamiento global, más rápido de lo esperado y elevará el nivel del mar un 30% más de lo previsto.
Colombia y el mundo viven actualmente los efectos extremos del calentamiento global, la actividad desmesurada de algunos sectores empresariales y humanos en países como China, Estados Unidos, India y Rusia que son los mayores contaminadores con un 55% del CO2 mundial, han sido causantes del deshielo de los glaciares, inundaciones, ciclones, efectos sobre la agricultura y la ganadería, huracanes, sequías e incendios forestales, desaparición de especies animales y vegetales, aumento de los niveles de los ríos y mares, enfermedades de salud por la contaminación del aire y aumento de la temperatura media de la Tierra.
Los Investigadores del Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia le expresaron a (CNN) y a la revista Nature Climate Change: “Las pérdidas generalizadas de hielo de Groenlandia han asegurado un aumento del nivel del mar de cerca de 30 centímetros (un pie) a nivel global que se producirá en un futuro próximo, y una nueva investigación sugiere que no hay forma de detenerlo, incluso si el mundo dejara de liberar hoy las emisiones que causan el calentamiento del planeta”.
Por esa monstruosa y sencilla razón los países contaminantes deben disminuir la productividad y la creación de riqueza aplicando la termodinámica y la entropía en función de la Bioeconomía y la Economía Circular buscando la defensa de la producción y el consumo con base en el reciclaje y el aprovechamiento de los residuos mediante la reintroducción y la reutilización de los recursos, preservando la naturaleza, reduciendo el efecto invernadero con la emisión de los fatales gases contaminantes.
Para la globalización y el libre empresarismo ello no significa entrar a producir menos. Estamos seguros que los empresarios en su sabio entender si conocen a la perfección el daño irreversible que causan sus empresas contaminadoras y más cuando el mundo tiende a desaparecer en un tiempo no mayor a 200 años por esos efectos. Por tal razón lo moderno es la combinación de economía y ecología.