La política es descarada e indolente, pero donde se atreve a llegar Héctor Olimpo Espinosa, dice: apártate. Después de su desastroso paso por la Gobernación de Sucre, que no resistiría una real auditoría y fiscalización generalizada porque podría salir muy mal librado, rebuzna ahora lunáticamente con el embeleco y la bulla de carnaval de que va a ser candidato presidencial. Lo veo encaramado en una escoba, cual Regina 11.
De todos los males que pudiera haber realizado Iscariote, como varias veces lo ha denominado Juan Prudencio —conocedor de los intríngulis del bajo mundo de la política sucreña—, este parece un príncipe de la mentira. Ante una posible deficiencia psiquiátrica, se cree sus propios embustes, dando por seguro que los demás los degluten.
No dejó obra en Sucre Héctor Iscariote, porque si de la vía Las Tablitas – San Marcos quisiera alardear, tendría un polvero bajo esas carpetas que tal vez no soportaría una levantada de ellas. En esa faena lo acompañaría su colega, aquel que en el parque Santander de Sincelejo llaman «el ratero honrado»: el exgobernador de Sucre Edgar Martínez Romero. ¡Vergüenzas para Sucre!
Héctor Iscariote, que al parecer, corruptamente, hasta la identidad de salud arrebató sin misericordia a San Marcos, Corozal y Betulia, cuyos hospitales hoy ostentan con tristeza un nombre cambiado bajo la figura de dueño absoluto que preponderante exhibe Sincelejo. Todos son hospitales de Sincelejo. Los dolientes nunca existieron. El suscrito, que intentó indefenso hacer algo para defenderlos, fue ignorado en su totalidad.
Ese cambio de razón social, en detrimento de la autonomía administrativa de los mencionados hospitales, es posible que haya causado y siga causando muertes, que no sacarían ni una lágrima.
Con todo ese karma, tiene Héctor Olimpo Espinosa Oliver el descaro y el cinismo de separar la quijada y la mandíbula inferior para contar el chiste de que será candidato presidencial. No lo hace el alcalde de Sincelejo, Yahir Acuña, a quien reconozco porque me impactó su resultado en la reducción del 64% de los homicidios en Sincelejo durante el año 2024. Ahora viene el baboso de Héctor Olimpo Espinosa, que nos dio de ñapa el descenso del departamento a categoría cuatro, fiscalmente hablando.
Héctor, por favor, no pongas en ridículo a Sucre en los escasos círculos enterados de tu payasa e irrisoria aspiración presidencial, que existe solo en tu almohada, perfumada por los áulicos que empantanan de podredumbre el más serio proceso electoral que vivirá Colombia: las próximas elecciones presidenciales.
Queda la capulinezca aspiración presidencial de Héctor Iscariote, cual cucaracha en baile de gallina, que alimentará los memes, sin que lo salve ni Santiago Apóstol, por muy apóstol que sea. Mucho menos aquel que Héctor carga, que de apóstol y santo no tendría nada, y menos aún de Complutum.
Héctor Olimpo, que siga titiriteando a su «ilegítima» gobernadora de Sucre, Lucy García, quien tampoco resistiría el más mínimo tropezón de la carpeta. Héctor, chao, chao, chao. ¡Sea serio!
Coletilla: ¿El implante de pelo de Héctor Olimpo, se lo haría Norberto?