Las estructuras ilegales, vinculadas al GAOr Estructura Primera “Armando Ríos”, fueron localizadas y destruidas en una operación conjunta de la Fuerza Pública y la Fiscalía.
En el marco del Plan de Campaña Estratégico Conjunto “Ayacucho Plus”, tropas de la Armada de Colombia, en una operación conjunta, coordinada e interinstitucional con el Ejército Nacional, la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, lograron ubicar y destruir dos laboratorios clandestinos utilizados para la producción ilegal de permanganato de potasio en el municipio de El Retorno, departamento del Guaviare.
El hallazgo se produjo en zona rural de la vereda Morichera, donde las autoridades descubrieron dos complejos compuestos por tres estructuras artesanales de madera. En su interior fueron incautados 18.118 kilogramos de permanganato de potasio, 330 galones de hipoclorito de sodio, así como maquinaria y equipos empleados en el procesamiento de sustancias químicas: calderas, cilindros de gas, recipientes plásticos y herramientas de agitación.
Según información de inteligencia del Centro de Fusión de la Amazonía, estos laboratorios pertenecerían presuntamente al Grupo Armado Organizado Residual (GAOr) Estructura Primera “Armando Ríos” – Bloque Amazonas Manuel Marulanda Vélez, una organización criminal que financia su accionar delictivo a través del narcotráfico, afectando directamente la seguridad, la estabilidad y el bienestar de las comunidades en el suroriente del país.

El permanganato de potasio es una sustancia química de uso controlado en Colombia, cuya manipulación está estrictamente regulada por el Estado. Sin embargo, las organizaciones criminales lo utilizan de forma ilegal como insumo fundamental en el proceso de cristalización del clorhidrato de cocaína, convirtiéndolo en un eslabón clave dentro de la cadena de producción del narcotráfico.
Además de su relevancia en las economías ilícitas, el permanganato de potasio representa una grave amenaza para la salud humana y el medio ambiente. Su vertimiento sin control puede contaminar ríos, suelos y fuentes hídricas, provocando impactos irreversibles en los ecosistemas de la Amazonía colombiana.
Con esta operación, la Fuerza Pública asesta un golpe significativo a la infraestructura logística y financiera de las organizaciones narcotraficantes que operan en la región.



