Germán y Enrique Vargas Lleras son hijos de Germán Vargas Espinosa y de Clemencia Lleras de la Fuente, hija del expresidente Carlos Lleras Restrepo; por lo tanto, son nietos de uno de los más grandes estadistas de la historia del país.
Germán, de 63 años, al igual que su hermano Enrique, es bogotano y abogado. Desde su juventud se ha dedicado a la actividad política, mientras que su hermano Enrique, “no dando bolas” para estas lides —donde solo alcanzó a ser concejal de Bogotá—, se dedicó al ejercicio del derecho y, bajo “el paraguas” de su hermano Germán, hizo parte de juntas directivas, como la de la Nueva EPS, donde ejerció durante 10 años como miembro en representación de uno de los privados que la conforman: la Caja de Compensación Familiar Cafam.
La Nueva EPS, la aseguradora en salud más grande del país, pero también la más saqueada, nació en 2008 como resultado de un proceso de reestructuración del sistema de salud colombiano. Su origen está ligado directamente a la liquidación del Instituto de Seguros Sociales (ISS), hasta entonces el principal prestador y asegurador de los trabajadores del país en el régimen contributivo.
Esta Nueva EPS, con 17 años de existencia, es la aseguradora a la que el presidente Petro ha denunciado públicamente como la EPS gubernamental que empleados y directivos, en connivencia, han saqueado presuntamente por una cuantía que supera los 5 billones de pesos.
Como cabeza de la defraudación, el presidente Petro ha señalado como principales y presuntos responsables a José Fernando Cardona, presidente de la Nueva EPS desde su fundación, y como presuntos cómplices a miembros de la junta directiva, entre ellos Enrique Vargas Lleras, quien llegó a esta —como en otros nombramientos— gracias a su hermano Germán, y donde estuvo desde 2013 hasta noviembre de 2023, es decir, durante diez años, cuando presentó su carta de renuncia.
Como bien lo ha explicado el presidente Petro, el saqueo a la Nueva EPS se dio principalmente entre 2019 y 2023, es decir, durante cinco años. En ese tiempo, para mostrar liquidez en la operación, los directivos de la Nueva EPS ocultaron de sus libros contables un total de 14 millones de facturas por pagar a las IPS, por un valor total de 5 billones de pesos. A estas IPS no se les pagó o se les retrasaron los pagos, llevándolas a la quiebra y a la asfixia económica; pero sí se pagó a las IPS de sus preferencias, a las que presuntamente se les entregaban coimas y financiaban campañas políticas, como Audifarma, entre otras, según lo denunciado por el Presidente y la Contraloría General de la República.
A Enrique Vargas Lleras lo señala el presidente como cómplice de la defraudación a la Nueva EPS porque, según sus declaraciones y los hallazgos de la Contraloría General, durante los diez años de permanencia de Vargas Lleras en la junta directiva de la entidad, al mismo tiempo que se ocultaban pasivos —como las facturas por pagar a las IPS—, se producía fuga de dinero. Vargas Lleras, pudiendo denunciar estos hechos, a pesar de conocerlos, no lo hizo. Además, se le suma el agravante de su vínculo familiar con Germán, su hermano, quien se mantiene en permanente actividad política y podría ser presunto beneficiario de coimas de la Nueva EPS y del pasivo oculto, para financiar sus campañas.