Día a día, parece que el alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, junto con su equipo de gobierno, hiciera todo lo posible por ganarse el repudio y la antipatía de la ciudadanía, aunque para ellos, incluido el propio alcalde, no sea así.
La displicencia, altivez, desprecio por el otro, soberbia y altanería son defectos del orgullo y del ego, todos encarnados —según se percibe— en la figura del mandatario cartagenero. Estos rasgos, además, parecen haber sido transmitidos a sus funcionarios más cercanos. No se sabe si los obliga a actuar de esa manera o si simplemente los contagia con las actitudes que lo identifican desde su paso por la Gobernación de Bolívar y otros cargos públicos, donde se ha comportado como un típico burócrata.
- Conflictos con la prensa y líderes comunitarios
La arrogancia e irrespeto del alcalde Dumek Turbay lo han llevado a tropezar más de una vez con periodistas locales cuando las notas no le favorecen. También ha tenido roces con líderes comunitarios, como el caso ocurrido durante la inauguración de un puente peatonal entre los barrios Ternera y San José de los Campanos, donde irrespetó y maltrató a uno de los asistentes solo porque le preguntó por obras adyacentes al puente inaugurado.
- Humillaciones públicas a sus subalternos
Uno de los episodios más recordados fue el protagonizado con Campo Elías Teherán, actual director del IDER, a quien el alcalde dejó en ridículo públicamente al llamarlo “flojo y perezoso” a través de micrófonos y altoparlantes, diciéndole: “Campo Elías, no duermas tanto, te quedamos esperando.” Todo ocurrió porque el funcionario no se presentó a tiempo a una cita para inspeccionar las obras del Parque Lácides Segovia, en el barrio Manga.
- Desprecio hacia las mujeres trabajadoras sexuales
Con las mujeres dedicadas al trabajo sexual en la Plaza de los Coches y otras del Centro Histórico, el alcalde no ha mostrado la más mínima consideración. Su gestión frente a esta problemática se ha limitado a perseguirlas y desalojarlas, sin ofrecer soluciones reales ni alternativas de dignificación o inclusión social.
- Funcionarios más preocupados por las redes que por la ciudad
Tanto el Secretario del Interior como el Director de Seguridad parecen más interesados en sus ocurrencias y publicaciones en redes sociales que en cumplir con la misión que les fue encomendada: garantizar la seguridad y el orden en la ciudad.
- Un gobierno que viola los derechos que dice defender
Dumek Turbay, quien luchó por ser alcalde y equipararse al récord de Guillermo Paniza Ricardo —al haber sido gobernador de Bolívar y alcalde de Cartagena—, promovió su Plan de Desarrollo 2024–2027 bajo el lema “Cartagena, ciudad de derechos”. Sin embargo, ese mismo lema se contradice con sus acciones y las de su administración, que han sido señaladas por violar los derechos que dicen defender.
Un ejemplo claro fue el reciente fallo del Juzgado Décimo Penal del Circuito de Cartagena, emitido el 2 de octubre, que obligó al alcalde a ofrecer disculpas públicas escritas en sus redes sociales a Yenis del Carmen Hernández Orozco y a su hija Valery Sofía Chico Hernández, dos mujeres afrodescendientes que en junio pasado fueron discriminadas y estigmatizadas por brigadistas de la Alcaldía.
Las mujeres denunciaron que les fue impedido el ingreso al Centro Histórico sin razón alguna, mientras a otras personas se les permitió pasar libremente. Además, afirmaron que los brigadistas las confundieron con trabajadoras sexuales por su forma de vestir, incurriendo en actos de discriminación racial y de género.
Los casos de abuso y maltrato por parte del alcalde Dumek Turbay y su equipo más cercano no son pocos. Sin embargo, con los mencionados basta para cuestionar seriamente la coherencia del lema de su gobierno. Sería momento de borrar del Plan de Desarrollo el slogan “Cartagena, ciudad de derechos”, porque son esos mismos derechos los que su administración parece vulnerar.



