Las sostenidas y crecientes voces que desafían, exigen implementar y cambiar para consolidar la democracia sostenible y la paz, estimulan proponer soluciones y actuar contra conformismos, abusos, delitos e impunidades.
Para contener los desbordes del poder y los desequilibrios sociales, la Constitución de 1991 fijó el norte: el interés general prima sobre el particular, la propiedad privada tiene una función social y ecológica, y con rigor nos ordenó a todos proteger la diversidad e integridad del ambiente, los bienes de uso público y los de interés colectivo. También para ese fin fortaleció la rama Judicial, el Ministerio Público y la Fiscalía, penalizó más el delito ecológico y la sanción administrativa.
Pero en el trato al patrimonio natural no se constata del todo esa realidad normativa. En el orden público y la consciencia ambiental la violación de la ley, la depredación y el desacato no ceden y la causa es clara: sin sanción no hay solución.
La autoridad se ejerce sin rigor y el “garantismo” es tal que hasta el confeso es presunto y si el delito no se reprime el ambiente no se cura. Se atropella la Constitución y subvalora la necesidad climática. A algunos fiscales y jueces el daño o la apropiación del capital natural no les duele. Si duele y hay sentencia no se ejecuta o la Administración lo hace sin prisa. Ejemplos que desestimulan cunden.
Propongo cambiar esa tendencia educando con la acción: represión, reconstrucción y cátedra. Cine, TV, radio, redes sociales enseñando, entre otras, que es la soberanía, tan mancillada estos días. El ciudadano tiene que saber lo que sucede en el Territorio y obligarse a defender la diversidad del ambiente. No es hacer noticia es concientizar.
Exhibamos a los violadores de la ley, a constructoras que se lucran negociando escombros. Por ellos y las identificadas volquetas continúa el relleno y la descomposición social hija de la impunidad. La certeza de que nada pasará arrolla la voluntad del Ecobloque y de quien gobierna. ¿Quién paga la invisibilidad del cartel en La Boquilla y Tierrabaja?
Mientras aquí talan, venden o concesionan el agua como suelo, en la zona costera del mundo los conceptos de adaptación y resiliencia son ya esenciales. Las comunidades en las islas del Pacifico sur reforestan y siembran manglares para disminuir el calor del agua, protegerse de la erosión y el aumento del nivel del mar. ¿Qué hacen al respecto los Consejos Comunitarios?
¿Por qué si el Consejo de Estado ordenó por alto riesgo se incluyera en el presupuesto la partida para reubicar Marlinda y Villagloria no se hizo?