Desde la noche del 9 de agosto de 1985, el orgullo monteriano y cordobés aflora. En Miami el púgil Miguel ‘Happy’ Lora venció por decisión unánime al mexicano Daniel Zaragoza y se coronó campeón mundial de la categoría gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), convirtiéndose de paso en el quinto campeón mundial de nuestro país, luego de Antonio Cervantes «Kit Pambele», Rodrigo «Rocky» Váldes, y los hermanos Ricardo y Puidencio Cardona (QEPD).
Cuando el juez central leyó las tarjetas, el gallo monteriano fue alzado en hombros con un sombrero vueltiao. En Colombia estalló el júbilo y en Córdoba se celebró el primer título mundial de un hijo de la tierra.
El combate fue feroz, el mismo Lora reconoce que la guardia zurda del mexicano dificultó la pelea hasta que lo cazó en la barbilla intentado bajar la cabeza y lo mandó a la lona. Zaragoza dio vueltas para levantarse, el gallo monteriano salió a rematarlo, pero la campana frenó el castigo y lo que pudo ser el final de la pelea.
En adelante el gallo desplegó sus alas en el ring y comenzó a dar espuelazos y vino el segundo knock down. Esta vez por un jab al hígado que debilitó al mexicano y se desplomó en la lona.
Lora siguió con el show: en el coliseo en Miami vitoreaban su remoquete ¡Happy, Happy, Happy, Happy! Hasta el campanazo final con el resultado que puso a celebrar a Colombia.
Vinieron siete defensas exitosas, en las que ‘Happy’ Lora exhibía una danza en el ring, con un juego de cintura endiablado que enloquecía a sus rivales y sacaba de quicio a su entrenador Amilkar Brusa. En medio del baile con cambios de guardia, en las cuerdas o en el centro del cuadrilátero, el gallo de Montería sacaba su potente mano izquierda que tumbaba rivales y ponía a contar a los jueces.
Lora siempre ha reconocido que el combate más difícil fue con el puertorriqueño Wilfredo Vásquez, fue su primera defensa del título. Vásquez logró mandarlo a la lona, pero él también le dio la misma dosis. El campeón terminó con un ojo cerrado, pero con el cinturón colgado como el monarca de los gallos.
Hubo defensas en las que dominó de principio a fin, hasta que en octubre de 1988 se subió al ring a defender por octava ocasión el fajín orbital contra el mexicano Raúl ‘Jíbaro’ Pérez. Más alto y de mayor alcance, el rival fue visto ganador por los jueces, aunque la crítica boxística no le vio amplio ganador. Previo al combate, ‘Happy’ Lora tuvo inconvenientes para dar el peso, que le implicaron días de sacrificio que terminaron debilitándolo.
Luego de perder el título intentó dos veces recuperarlo. En 1991 perdió por nocaut contra Gaby Cañizales; y en 1993 volvió a intentarlo frente a Rafael del Valle, esa fue su última pelea.
Después de bajarse del ring, ‘Happy’ Lora goza de su buena fama, su carisma innato. Por donde pasa su presencia no pasa desapercibida: es el eterno ídolo de los cordobeses. Es amigo de alcaldes, gobernadores y hasta de presidentes. Ha sido actor de reparto en televisión, es empresario; es el mismo gallo que todavía sueña ponerse los guantes para una pelea de exhibición con Daniel Zaragoza, el mexicano que no resistió el poder de sus manos.