Llegó el gringo, llegó al Caribe, como a muchos lugares lo hicieron primero los europeos y luego sus compatriotas; probó el guineo de nuestras tierras, lo aprobó, le buscó mercado en su país, luego fue cultivado masivamente para exportación. Pero como esas cosas del mundo comercial dependiente y proveedor de materia prima, que son magníficas ideas al inicio, ilusiones de bienestar, posteriormente se tornan motivo de padecimientos sociales…Padecimientos para nuestros pobres. Como siempre ha sido, la soledad de los sueños frustrados, de las esperanzas convertidas en lucros exteriores… Por excelencia excluyentes.
De aquellos tiempos al ahora, poco ha cambiado, seguimos en el torrente inagotable de la dependencia. Veamos el caso de la investigación científica y tecnológica, de la innovación y sus beneficios. Desde siempre tanto los europeos y luego los norteamericanos, han invertido en proyectos de investigación que les proveen un acervo de conocimientos disponibles para cuando sea requerido, sin importar cuanto sea el lapso que deban esperar.
Paralelamente van desarrollando los equipos humanos de alto nivel, las máquinas y ayudas tecnológicas necesarias. Su momento vendrá, sus réditos estarán en función del tiempo. Trabajan sin afán, pero sin pausa. En ciertos momentos, que dependen de variables no previsibles recurren a la adaptación de modelos que han sido funcionales y probadamente aplicables en circunstancias similares o con algún grado de factor común. No acostumbran improvisar, no copian por esnobismo ni modernismo fingido… Como ejemplo mírenos la pandemia, las vacunas, las farmacéuticas.
Muchas veces con conocimiento y a sabiendas de los posibles riesgos invierten sin que esto sea visto como un detrimento de recursos ni como un gasto. Lo toman como un avance que tiene como expectativa resolver problemas, sin trabas. No solo es cuestión de disponibilidad de fondos, es un asunto de actitud, perseverancia, con visión de mediano a largo plazo, que como política constante y con la coherencia pertinente atiende lo que debe prevalecer en favor de las soluciones.
Hay que emular lo positivo, dejando de lado las confusiones que como sistema se tengan. Lo que es funcional y presta servicio debe ser observado y en lo posible superado. En este caso no es apropiado pensar que el desarrollo y el bienestar se consiguen partiendo de cero. No podemos seguir en la soledad impuesta y aceptada naturalmente como asunto obvio. No se puede ser ajeno a los aportes existentes y en los que se han invertido recursos, que siendo pocos o muchos son relevantes.
En este texto, tal vez hable la ilusión que siento y las ansias de ver a mi país inmerso en un sistema investigativo consolidado y funcional. Quizá sea motivo de crítica que lo haya comparado con los países desarrollados, ya que sin razón o con ella, muchos pueden controvertir, pero me asiste la esperanza que esto sea el principio de una saludable discusión.
¿Cuántos jóvenes nuestros, con alto nivel de formación, con grandes ideas innovadoras y con las ganas de trabajar se vinculan a los proyectos de investigación que se llevan a cabo nacionalmente? Sin duda, la proporción en muy baja. Aquí se configura un desperdició nocivo del talento propio que tanto esfuerzo e inversión le cuesta al país.
Son muchas las preguntas que en este sentido no encuentran respuesta o que si la tienen llegan a un lugar común de referencia; para el caso, se hará hincapié en solo dos variables, a sabiendas de que existen muchas más conexas e igualmente determinantes: No hemos visto en la investigación el potencial real de cambio que en ella se tiene y no se enfatiza desde los primeros grados educativos en que la ciencia, la tecnología y la innovación son fundamentos de desarrollo y transformación.
En consonancia, habría que decir que la investigación que debe desarrollarse desde la academia le corresponde como objetivo misional tanto a universidad pública como a la privada. Es una responsabilidad que se debe ejercer con la meticulosidad necesaria y no puede ser solo responsabilidad del Estado y sus organismos.
¿Cuántas universidades privadas de Colombia hacen investigación? Dejo esta pregunta como una forma de motivación, porque siempre habrá forma de recomponer el camino y hacer lo que es mejor para todos; sin embargo, es ineludible que debemos avanzar mucho más y que la ciencia, la tecnología y la innovación debe ser un generalizado propósito.