Recientemente revisamos las proyecciones que realizó el Banco de Colombia, a través de su Equipo de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado, sobre la economía colombiana para el año 2023.
En la presente columna se analizan las proyecciones macroeconómicas y se definen algunas reflexiones, sobre los niveles de incertidumbre económica que se sobrevienen, en términos de la desaceleración inicial y la recesión posterior, que se presentarán en el primer semestre del año en curso.
Iniciando, se debe indicar que, si bien no se acertó sobre el estado inflacionario al cierre de 2022, al indicar este informe que el pico de inflación alcanzaría al cierre, una tasa de 12,6%, siendo la realidad 13.12%; lo cierto, también es que el alza de precios estuvo por fuera del rango esperado, en todos los cálculos realizados por los distintos expertos en el país. Ahora bien, según las proyecciones, se estima que la inflación para 2023, estaría cerca del 7.5%.
Igualmente, la tasa de interés de política monetaria fijada por el Banco de la República aumentaría hasta 12,5% en el primer semestre, y para el segundo semestre habría reducciones graduales. Frente a ello, indica el informe “En política monetaria, «anticipamos que los aumentos de la tasa de referencia continuarían hasta el primer trimestre de 2023, cuando se alcanzaría un nivel terminal de 12,5%, el cual se mantendría durante la primera mitad del año. En el segundo semestre iniciaría una fase gradual de recortes, de modo que la tasa de intervención terminaría en 10% al cierre del próximo año. Esto implica que la política monetaria se mantendría en terreno contractivo durante todo 2023».
Frente a otra variable como el crecimiento económico, estima el equipo económico de Bancolombia, que el PIB se ubicaría en 7,8% en 2022, tasa que supera las expectativas del cierre anterior. Este desempeño, al igual que el 2021, se atribuye al incremento y/o dinamismo de la demanda interna agregada, el crecimiento de la inversión pública y privada en el país, el fomento a una balanza comercial creciente y progresiva y los efectos de las políticas expansivas como fiscales adoptadas a la llegada de la pandemia de la Covid-19.
Para 2023 se presenta una mayor incertidumbre, acompañada de una recesión avisada, que se concentra en este primer cuatrimestre y un poco más (mes de mayo/23). Se pronostica que el PIB se expandiría por debajo de 1%. «Anticipamos que la demanda agregada se enfriará como consecuencia de las altas tasas de interés y las condiciones financieras apretadas, la desaceleración global y la incertidumbre», dice el informe.
Ahora bien, es pertinente anotar que este aumento inflacionario de 2022 y el moderado comportamiento de 2023, también se hará sentir en su disminución relativa, especialmente en los precios de los alimentos; teniendo en cuenta algunas medidas de compensación al alza como: aumentos salariales, la operación de mecanismos de indexación a precios de servicios y productos, y el traspaso de la depreciación del peso.
A lo anterior se suma la desaceleración para 2023 de la inflación de precios, no solo en EEUU, como ya empezó a darse, sino en todos los países de América Latina y el Caribe (ALyC). Esto redunda en mayor crecimiento del consumo interno y presiones a la baja en las tasas de interés de intervención, como en los intereses corrientes. Esto estimula la producción, la inversión extranjera privada y el equilibrio en la tasa de cambio. Al parecer y conforme a los datos, lo anterior, ocurrirá a partir del segundo semestre de 2023.
En asocio a lo anterior, anota el informe, que “entre los sectores con mejores desempeños en este año (2023) se encuentran los servicios públicos, la agricultura y los servicios profesionales y financieros. Por el contrario, prevén contracciones en comercio, transporte, alojamiento y comidas, así como en entretenimiento.
Frente a la tasa de desempleo, el estudio indica puntualmente: «En particular, proyectamos que la tasa de desempleo anual se incrementaría en 0,7 puntos porcentuales (pp), con lo que se elevaría a 12,1% durante 2023». En ese sentido, la alta desocupación asociada a la inflación de precios, aun alta para el país en el primer trimestre, ocasionará desaceleración temprana en este periodo y se traducirá más adelante en recesión de la producción como del consumo, ello aumentará la pobreza monetaria, que puede estimarse en 1.5 pp por encima para el año, ubicándose en promedio, cerca al 40.7%. Véase la proyección de la Pobreza Monetaria, elaborada por la CEPAL para 2022, con escenarios con y sin inflación, para los países de ALyC. (Figura No 1).
- Fuente: Cepal. 2022. Gráficos La República. 2022.
De otro lado, la balanza de pagos, cuyo déficit de la cuenta corriente en 2022, ubicado en 5,8% del PIB, se ajustaría a 4,1% del PIB en 2023. Este cambio estaría explicado por una moderación de las importaciones causada por la desaceleración de la demanda interna, y por una menor salida de rentas factoriales dado un menor giro de dividendos al exterior.
Esta disminución en la balanza de pagos frente al PIB, se verá reflejado en el impacto o dinámica del saldo neto exportador y el comportamiento de las remesas al país desde el exterior, producto de la fractura en la producción mundial y la disminución del empleo a nivel internacional, que se avecina y recientemente fue expuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Estima el informe que las inestabilidades en la balanza como la inflación que se causará, aunque moderada esta última, pero aun alta para 2023, generarán una tasa de cambio que se incrementaría de un promedio de $4.825 por dólar en el último trimestre de 2022 a $4.930 en el cuarto trimestre de 2023.
Aunque, ya esta primera semana de enero de 2023, aun con un dólar costoso, se percibe una baja en la conversión de la divisa. En la segunda semana de este año, se ubicó cercano a los $4.720 pesos colombianos. Para el día de hoy (enero 16 de 2023), el dólar se intercambió en $4.689.88. Ver proyecciones promedio en Tabla No 1.
En la misma tabla se puede evidenciar que para el caso del Euro, se proyecta un cambio en promedio por $5.089. Mientras que el barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI) rondaría los US$78 en promedio y el Msci Colcap (de la Bolsa de Valores de Colombia), se ubica en promedio para esta semana de enero, en 1330 puntos.
Tabla No 1. Proyecciones Dólar, Euro, Petróleo WTI-Brent y Msci Colcap. Colombia. Segunda semana Enero 2023.
En correlación con lo anterior, cabe anotar que las monedas latinoamericanas estarán inestables en las tres primeras semanas de enero de 2023, la inflación de Estados Unidos es la principal causa para que dichas monedas estén ganando valor frente al dólar. Igualmente, la desaceleración del crecimiento y los anuncios de una recesión en los primeros meses, como se indicó, las dificultades de producción cercanas a una disminución del 4.5% y la estabilidad de los precios del crudo; harán que la tasa de cambio tienda a moderarse, con leves alzas que promedian el límite anteriormente señalado de los $4.958, aproximadamente.
La Figura No 2, muestra, frente a esta inestabilidad de las divisas latinoamericanas, por ejemplo, que el peso mexicano es la moneda de América Latina que más se revalúa con 4%; le sigue el peso chileno (3,7%); el real brasileño (3,61%); y el peso colombiano (3,49%).
En contraste, el Sol peruano presenta una mínima devaluación (-0,16%) y, en último puesto, está el Peso Argentino (-2,28%).
Lo anterior indica que los efectos en las alzas de las tasas de interés están impactando en el comportamiento inflacionario, en unos países más que en otros, pero aún falta tiempo y por ello se espera que en el segundo semestre de 2023 se estabilicen con mayor rigor y la devaluación sea menor.
Figura No 2. Comportamiento de las Monedas Latinoamericanas frente al Dólar. Primeras semanas de Enero de 2023.
- Fuente: Banco de la República. Gráficos La República. 2022.
El panorama fiscal, finalmente, proyecta un déficit del Gobierno Nacional, que pasaría del 5,6% del PIB en 2022 a 4,8% del PIB en 2023, valores que implicarían el cumplimiento de la regla fiscal establecida por ley. Aunque existen preocupaciones por parte del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF), en términos del endeudamiento externo, que ya se encuentra en el límite frente al PIB, y frente a algunas medidas de orden social que afectan las distribuciones fiscales y las metas frente a la regla definida. Recuérdese que la regla fiscal buscará asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, de tal forma que no se supere el límite de deuda. El límite de deuda es igual al 71% del PIB y el ancla de deuda es igual a 55% del PIB. La dificultad es cumplir con la baja del nivel de deuda en el corto plazo y no tener inconvenientes con las Agencias Internacionales de Riesgo. Por ello se estima que los recursos a obtener, vía reforma tributaria y crecimientos de giros por las ventas de petróleo, podrían subsanar en parte tal preocupación, pero sobresalta a la CARF, las reformas que sobrevienen en términos de lo pensional, político y laboral; reformas que serán costosas e incidirán entre otras, en el gasto público, incrementando el déficit para 2023.
De esta forma, hay que prepararse teniendo presente el poco incremento aun del ingreso real, la tasa de informalidad que ya se ubica por encima del 60% en el país y la evolución inflacionaria como el desempleo que se avecina. Amanecerá y veremos.