El sistema financiero mundial tiembla nuevamente y hoy, la nueva recesión económica mundial será por culpa del Silicon Valley Bank (SVB) un banco comercial que tiene su sede en Santa Clara, California (Estados Unidos) y estaba en la lista de los bancos más grandes y seguros de Estados Unidos con una cartera de más de 220.000 millones de dólares en activos y alrededor de 200.000 millones en depósitos, que lo encasillaban dentro de las principales entidades prestamistas del mundo, pero inexplicablemente esos millones no se encontraban asegurados.
Para EEUU de América, las crisis financieras no son nuevas, muy a pesar que se autocatalogan como el epicentro de las finanzas y el control mundial de los dineros de los cuentahabientes. Recordemos la Gran Depresión de 1929 más conocida como la crisis o crash y la reciente Gran Recesión financiera del 2008, que comprueba las afirmaciones de Karl Marx, cuando aseguraba que el capitalismo estaría inmerso en permanentes crisis por la voracidad de la economía salvaje, que los lleva irremediablemente hacia niveles muy bajos de credibilidad con altos índices de depresión y recesión.
Ahora bien, ¿y cuál es la razón de dicha quiebra? El principal culpable son sus dueños, y en proporción igual el Estado, producto la corrupción de muchos bancarios y de la ineficiencia de los controles por parte de los entes de control, como, lo es la Reserva Federal, FED, entidad publico privada que controla el sistema financiero americano y es responsable de la política monetaria y muy poco vigilan las instituciones bancarias para mantener la estabilidad del cacareado y débil sistema financiero.
La entidades mencionadas no observaron el movimiento bursátil de Silicon Valley Bank (SVB) en los últimos años, donde se presentaba un estancamiento de sus depósitos y disminución del crédito producto en parte por el vaivén en las tasas de interés que desencadenó en su iliquidez y la mala administración de sus dueños, que los obligó a la venta de bonos del Tesoro por más de 22.000 millones de dólares y sacar al público para la venta 2.250 millones en acciones, que tenían como objetivo intentar llenar un hueco de desfinanciación y así subsanar sus pérdidas que rosaban los 2.000 millones de dólares.
Para mitigar el golpe que se genera en la confianza inversionista y en vista de su insolvencia por las deudas, el Gobierno estadounidense interviene el Silicon Valley Bank (SVB), caso parecido al Lehman Brothers que entre 2007 y 2008 fue el estandarte de la crisis financiera mundial, producto del no pago de los créditos hipotecarios entregados de forma imprudente a personas de escasa solvencia, donde los gobiernos de George Bush y Barack Obama le inyectaron millones de dólares de los impuestos pagados por los americanos, para que el país del norte no perdiese su credibilidad mundial en su débil sistema financiero
Colombia no ha sido el prototipo de buenos manejos bancarios y del control por parte de la Superintendencia Financiera, cuando en 1982 le tocó intervenir el Banco Nacional del Grupo Correa, que fueron los ideólogos de los famosos autopréstamos que los llevó a la quiebra y generó desconfianza del público en los bancos privados. Pero un añito después, en 1983 les tocó el turno al Grupo Grancolombiano, con su estandarte, el banco más grande del país como era el Banco de Colombia, continuando en 1985 hasta 1990 donde la debacle bancaria fue impresionante con los desaparecidos bancos Tequendama, el de los Trabajadores, el Banco del Comercio, La Caja de Crédito Agrario, el Banco Central Hipotecario y al Banco Cafetero.
En la década del 90 y del 2000 los sucesos no pararon, las malas administraciones y la politiquería de los bancos estatales e hipotecarios conjuntamente con pequeños bancos privados, fueron desapareciendo como el ave Fénix, Banco Andino, el Banco del Pacífico y el Banco Selfín, que la historia los tiene como parte de la tragicomedia de nuestros entes financieros, donde al Estado le tocó intervenir para financiarlos con dineros de los contribuyentes, como ha sucedido en el país del norte.
La clase política de 1972 en cabeza del ex presidente Misael Pastrana, tiene su historia financiera negra para Colombia con la creación de la Unidad de Poder Adquisitivo Constante UPAC, medida desbastadora para los créditos de vivienda que por el aumento constante y geométrico de los intereses del crédito, volvieron impagables las deudas y para ayudar nuevamente a la banca privada, el entonces hijo de Misael, Andrés Pastrana, en 1998 se ideó el famoso 2X1000, como un impuesto temporal de 12 meses para enfrentar la crisis financiera doméstica de esa época.
Por esos avatares propios de nuestros legisladores que todo lo quieren sacar de los impuestos, dicho 2X1000 se convirtió en el 2000 en un impuesto permanente pero pasó al 3X1000, y en el 2003 se patentizó en el 4X1000 que hoy tiene asfixiado a los colombianos.
Esperemos que la situación no afecte el empresarismo colombiano, especialmente a los de tecnología que se servían de dicho banco por su característica de ser el mayor patrocinador y defensor de las empresas tecnológicas emergentes en el mundo.