El pasado 10 de mayo de 2024, el alcalde de Cartagena de Indias, Dumek Turbay Paz, firmó la resolución 2619, mediante la cual se ordenaba el pago de 75 millones 565 mil pesos a la Casa Editorial El Tiempo S.A. para la participación en el foro “Tiempo de Mujer”. Esta iniciativa, promovida como un paso significativo en la lucha contra la violencia de género, despierta una serie de interrogantes sobre la autenticidad del compromiso del Gobierno Distrital en este ámbito.
El Plan de Desarrollo de Cartagena incluye una línea estratégica llamada “Mujeres cartageneras por sus derechos”, cuyo objetivo es fortalecer los mecanismos de atención, protección y sanción contra los maltratadores. No obstante, es necesario cuestionar si la participación en un evento, aunque esté bienintencionado, puede realmente traducirse en cambios sustanciales en la vida de las mujeres que sufren violencia en nuestra ciudad.
El evento “Tiempo de Mujer”, programado para el 17 de mayo de 2024, tenía como propósito sensibilizar a diferentes actores sociales sobre la necesidad de actuar conjuntamente para prevenir y erradicar la violencia de género. Sin embargo, la pregunta inevitable es: ¿no hemos visto ya demasiadas veces cómo estos foros y conferencias se quedan en palabras y promesas vacías? Mientras se invierten grandes sumas de dinero en eventos simbólicos, muchas mujeres en Cartagena siguen sin acceso a servicios básicos de protección y justicia.
La alianza con la campaña «No es hora de callar» y la Casa Editorial El Tiempo puede sonar bien en el papel, pero es necesario preguntarse: ¿Qué se ha logrado concretamente con iniciativas similares en el pasado? ¿Dónde están los resultados medibles y las acciones concretas que deben acompañar estos discursos? La violencia basada en género no se resolverá con eventos de un día ni con campañas publicitarias que, aunque necesarias, no abordan las raíces profundas del problema.
La cantidad pactada para la participación en este foro, 75 millones 565 mil pesos, podría utilizarse para fortalecer los servicios locales de atención a víctimas, mejorar la capacitación de los funcionarios públicos en temas de violencia de género o crear programas sostenibles de apoyo a las mujeres. Es esencial que se prioricen las inversiones que tengan un impacto directo y duradero en la vida de las mujeres, en lugar de gastar en eventos cuya efectividad es cuestionable.
Además, es crucial que el gobierno de Cartagena no utilice estos foros como un escudo para desviar la atención de las deficiencias estructurales en la protección y apoyo a las víctimas. La violencia de género es un problema complejo que requiere soluciones integrales y sostenibles, no solo actos simbólicos y mediáticos para aparecer en la foto o silenciar las verdades incómodas.
La situación de las mujeres en Cartagena es particularmente difícil. Muchas de las problemáticas tienen rostro de mujer: la pobreza, la inseguridad alimentaria, el abuso sexual, el desempleo, entre otros. Así lo evidencian los datos que, al desagregarlos, hacen palpables las brechas de género. Su descontento está estrechamente vinculado con lo poco que la ciudad les está retribuyendo en la mejora de su calidad de vida.
En resumen, mientras la resolución 2619 y el foro “Tiempo de Mujer” pueden parecer un avance, es fundamental que nos preguntemos si estas acciones realmente representan un compromiso genuino del gobierno local con la erradicación de la violencia de género, o si son simplemente una fachada más. La lucha contra la violencia de género necesita menos simbolismo y más acción efectiva, más recursos destinados a cambios concretos y menos gastos en eventos que, por muy bien intencionados que sean, no resuelven la crisis que enfrentan las mujeres de Cartagena día a día.
La lucha contra la violencia de género no puede quedar a merced de errores administrativos o de una falta de compromiso real; requiere de una voluntad política decidida y acciones contundentes que vayan más allá de los gestos simbólicos.