Durante la ceremonia en la que se le entregó el Premio Goya Internacional 2025 al genial y carismático actor estadounidense Richard Gere, de 75 años de edad, el reconocido actor protagonizó uno de los momentos más conmovedores y emotivos de la gala. En esta celebración, que premia en España a lo mejor del cine mundial y que tuvo lugar en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Granada, Gere expresó en su discurso: «Vengo de un lugar muy oscuro en América, donde tenemos un matón, un matón como presidente de los Estados Unidos…»
El término «matón», con el que Richard Gere se refirió a Donald Trump, se emplea para describir a una persona que intimida, amenaza o usa la violencia para imponerse sobre otros. También se asocia con abusadores, individuos que someten a otros por la fuerza o el miedo, y en el ámbito político, con líderes o países que utilizan la coerción para imponer su voluntad.
Así como Richard Gere ve a su compatriota Donald Trump como un matón, muchos estadounidenses y ciudadanos del mundo también lo consideran un enemigo común.
Apenas lleva un mes en la Casa Blanca, y Trump no ha dado descanso a su mano firmando órdenes ejecutivas a diestra y siniestra contra todo lo que se le ocurre. Sus decisiones afectan tanto a sus propios conciudadanos como a otros países, a los que extorsiona y amenaza con el aumento de aranceles, la deportación de inmigrantes y la suspensión de ayudas económicas y subsidios a programas sociales, de salud y erradicación de drogas. Todo lo hace amparado en el gran poder que le otorgan la capacidad de compra de su país, su moneda y su poderío militar.
Trump, desde su silla presidencial, ha «disparado» contra todo, y lo que le falta. Entre sus últimas decisiones, ha prohibido el uso de pitillos de papel y ecológicos para regresar al plástico. Pero su absurda guerra comercial lo ha llevado aún más lejos: recientemente impuso un arancel del 25 % a las importaciones de acero y aluminio, afectando a países como Canadá, Brasil y México, que en conjunto cubren la mitad del acero que importa Estados Unidos. Canadá, además, es el mayor proveedor de aluminio de ese país.
En cuanto a Colombia, aunque es un pequeño exportador de estos materiales, la aplicación de estos altos aranceles impactará negativamente en la competitividad de las empresas nacionales.
En este corto tiempo, el «Matón de Esquina» también tomó medidas drásticas contra la USAID (Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional), cerrando sus oficinas en todo el mundo. Lo hizo bajo la justificación de que esta agencia, que gestiona el 42 % de la ayuda humanitaria internacional, es un desperdicio de dinero.
En Colombia, la desaparición de la USAID afectará programas clave en democracia, derechos humanos, gobernanza, crecimiento económico, comercio, medio ambiente, cambio climático, justicia social, salud y educación. Sin embargo, los países más golpeados por esta decisión serán los más pobres de África, América Latina y el Caribe, como Haití.
Para cumplir con su macabro plan, Trump despidió al 94 % de los empleados de la USAID, dejando apenas 611 de los 10.000 que tenía en todo el mundo.
A nivel internacional, el mandatario ha llevado sus estrategias de presión al extremo. Al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, lo tiene extorsionado, exigiéndole la entrega de «tierras raras» valoradas en 500.000 millones de dólares a cambio de ayuda militar y económica para la reconstrucción del país. Estas tierras contienen minerales esenciales para la industria digital y automotriz, como el litio, el titanio y el berilio. Hasta el momento, Zelenski no ha aceptado entregar estos valiosos recursos.
Pero lo más absurdo, descabellado y demencial salido del entumecido cerebro de Trump es su última propuesta para el conflicto en el Cercano Oriente: expulsar a toda la población palestina de la Franja de Gaza y trasladarla a territorio egipcio. Su argumento es que, de esta manera, Estados Unidos tomaría el control del territorio y se convertiría en «vigilante» de la zona en conflicto.
Cierro esta nota con la reciente frase del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que resume el sentimiento global sobre Trump: «A Donald Trump lo eligieron presidente de los Estados Unidos, pero él cree que lo eligieron presidente del mundo.»