Un devastador terremoto de magnitud 7.7 sacudió este viernes 28 de marzo Myanmar (anteriormente Birmania), provocando estragos en la región y sintiéndose con fuerza en países vecinos, incluidos China y Tailandia. En Bangkok, la capital tailandesa, la tragedia tocó un punto crítico con el colapso de un rascacielos en construcción, dejando a más de 40 obreros atrapados entre los escombros.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que el epicentro del sismo se ubicó a solo 16 kilómetros de la ciudad de Sagaing, en Myanmar, a una profundidad de 10 kilómetros. El terremoto fue seguido minutos después por una poderosa réplica de magnitud 6.4, aumentando la tensión y la incertidumbre en la región.
El edificio colapsado, ubicado en una zona de alto tránsito turístico cerca del mercado callejero de Chatuchak, se vino abajo en pleno día, mientras que muchos trabajadores se encontraban realizando labores en el lugar. Testigos confirmaron que el temblor sacudió con fuerza toda la ciudad, generando pánico y obligando a miles a evacuar sus hogares y oficinas.
Las autoridades tailandesas han reportado al menos tres muertos y más de 50 heridos, muchos de ellos trabajadores del rascacielos en construcción. Entre los heridos, al menos 40 fueron trasladados a hospitales cercanos en condición grave. La tragedia ocurrió en la nueva sede de la Oficina Estatal de Auditoría del Reino de Tailandia, ubicada en la zona del parque Chatuchak, donde alrededor de 320 personas se encontraban en el momento del colapso.
Ante el desastre, el primer ministro tailandés, Paetongtarn Shinawatra, declaró el estado de emergencia en Bangkok y ordenó la movilización de equipos de rescate para localizar a los trabajadores atrapados. Además, el gobierno instó a la población a evitar áreas de alto riesgo y a no permanecer en edificaciones altas debido al temor de nuevas réplicas.
La situación continúa siendo crítica, ya que, tras el terremoto principal, las autoridades no descartan más movimientos sísmicos en las próximas 24 horas. Expertos advierten que las réplicas podrían continuar, lo que eleva el nivel de alerta en las áreas afectadas. Las autoridades instaron a la población a mantenerse alerta y seguir las instrucciones de seguridad para evitar una mayor pérdida de vidas.
Ante la magnitud del desastre, el gobierno tailandés ha implementado medidas de emergencia para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Se recomendó a todas las escuelas y agencias gubernamentales enviar a los niños a casa y tomar precauciones para mitigar los riesgos adicionales. Además, las autoridades continúan trabajando para proporcionar ayuda inmediata a los afectados y gestionar la situación como una crisis nacional.
El terremoto no solo afectó a Myanmar y Tailandia, sino que también se sintió en otras partes de Asia, incluyendo China, que experimentó movimientos telúricos en su territorio. El alcance del fenómeno geológico subraya la vulnerabilidad de una región altamente sísmica y pone en evidencia la importancia de las medidas preventivas frente a este tipo de desastres naturales.
La comunidad internacional observa con atención la evolución de la situación, y se espera que en las próximas horas más detalles sean revelados. Mientras tanto, la región sigue enfrentando una emergencia sin precedentes que ha dejado una profunda marca en la historia de Myanmar y Tailandia.