En el año 2019, el Fondo Mixto de Promoción de la Cultura y las Artes del Departamento de Sucre me invitó a hacer parte de la delegación que viajó a la Feria Internacional del Libro de Bogotá, donde escogieron mi libro Pido la palabra para ser presentado. Algo que me sorprendió, ya que no tenía planeado viajar a la capital, pues estaba pendiente de la promoción y venta del libro en el departamento de Sucre, donde tuvo gran acogida.
Ese año viajamos y nos sentimos halagados con el acompañamiento que nos brindó el Fondo Mixto, además del stand decorado con los símbolos de las sabanas de Sucre. Fue una experiencia inolvidable, además de confirmar la importancia que sigue teniendo el libro a nivel internacional, a pesar de la evolución de la tecnología y de los pocos lectores en América Latina. La industria del libro sigue viva: los stands de México y Brasil eran impresionantes.
Lamentablemente, el departamento de Sucre no estará presente este año en la feria, que comenzó el 25 de abril y finaliza el 11 de mayo. La Unión de Escritores de Sucre debería pronunciarse para sensibilizar a la Gobernación y al Fondo Mixto, ante la dejadez de los funcionarios y la poca empatía con la cultura en nuestra región.
Si no se motiva a la minoría de personas que se dedican al arte de escribir, será imposible que esta tierra vuelva a parir figuras como Héctor Rojas Herazo —escritor, pintor y poeta— o Geovanni Quessep, dueño de una pluma exquisita y autor de El ruiseñor, de donde cito: “Digamos que una tarde / el ruiseñor cantó / sobre esta piedra / porque al tocarla / el tiempo no nos hiere / no todo es tuyo, olvido / algo nos queda / y entre las ruinas pienso / que nunca será polvo / quien vio su vuelo / o escuchó su canto.”
Es un gran reto que tienen las instituciones educativas y, muy especialmente, los profesores de español y literatura ante una juventud que ha perdido el hábito de la lectura. Hay mucho por hacer en un país como Colombia, donde no se lee.
En América Latina, los países donde más se lee son: Chile, con un promedio de 5 libros al año; Brasil, Colombia, México y Argentina, con 4 libros anuales. Mientras tanto, en países como Finlandia, con 5,6 millones de habitantes, se leen 50 libros por año; e Irlanda, con 5,3 millones de habitantes, tiene índices de lectura igual de altos. ¡Qué diferencia!
¿Por qué leer? Porque es un placer, un disfrute que permite crecer intelectualmente y descubrir el mundo sin necesidad de viajar. Leer enriquece el léxico y brinda una facilidad extraordinaria para expresarse. Siempre regale un buen libro, o regálese uno.