Una falla estructural registrada en el kilómetro 74+900 de la Ruta al Mar en el acceso al puente Juan de Acosta, que conecta estratégicamente a Cartagena y Barranquilla mantiene cerrada la vía afectando gravemente la movilidad en uno de los corredores viales más importantes del Caribe colombiano.
Ante la situación, el Ministerio de Transporte, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y la Concesión Ruta Costera activaron un plan de contingencia con presencia inmediata de equipos técnicos en la zona para diagnosticar la magnitud de los daños y adelantar las obras necesarias. Se estima que las intervenciones tomarán cerca de un mes y requerirán el cierre temporal autorizado por el INVIAS.
La ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, aseguró que la prioridad es salvaguardar la vida de los usuarios. “Se ha procedido con la señalización y delimitación de la zona, mientras técnicos especializados realizan la evaluación estructural que permita restablecer el paso en condiciones seguras”, afirmó.
Por su parte, el presidente de la ANI, Óscar Javier Torres Yarzagaray, indicó que la maquinaria amarilla ya fue movilizada al sitio para establecer las causas reales del hundimiento.
El cierre afecta a miles de vehículos diarios que se desplazan entre dos de las principales capitales del Caribe. Como medida paliativa, se habilitaron dos rutas alternas que conectan a través de Santa Verónica, Juan de Acosta, Tubará, Baranoa y la Circunvalar de la Prosperidad, rutas que ya presentan signos de congestión, lo que podría derivar en sobrecostos logísticos, retrasos y afectaciones al turismo y comercio regional.
Los alcaldes de Juan de Acosta y Tubará, en coordinación con la ANI, han manifestado su respaldo a las medidas tomadas y su disposición para facilitar la atención de la emergencia.
Las autoridades recomiendan planificar con antelación los desplazamientos, atender las señalizaciones y consultar canales oficiales para información actualizada. Mientras tanto, se vigila de cerca el desarrollo de las obras, las cuales se adelantarán con celeridad, pero sin sacrificar los estándares de seguridad vial.