En un día que quedará grabado en la historia del cine de acción, Tom Cruise puso punto final a su icónica saga con el estreno mundial de «Misión: Imposible – Sentencia Final» en el Festival de Cine de Cannes. La despedida fue tan espectacular como la franquicia misma: una ovación de cinco minutos selló el momento, reconociendo no solo la entrega del actor, sino también su revolucionaria forma de entender el cine de acción.
El estreno fue concebido como un verdadero homenaje a la saga. Antes de que comenzara la proyección, una orquesta de 40 músicos interpretó el legendario tema musical de Misión: Imposible, llenando la sala con la energía y tensión que caracterizan la franquicia. Fue un preludio majestuoso para una película que, según críticos presentes, representa uno de los capítulos más audaces y emotivos de la saga.
Con «Sentencia Final», Tom Cruise no solo cierra un ciclo de casi tres décadas interpretando al intrépido Ethan Hunt, sino que reafirma su lugar como uno de los últimos grandes héroes de acción clásicos del cine. Su compromiso con las acrobacias reales —algunas al borde del riesgo mortal— volvió a estar presente en esta entrega, haciendo de cada escena una prueba de su determinación por mantener la autenticidad en un género cada vez más dominado por los efectos digitales.
«Es más que una película de acción; es un legado», comentaron los asistentes a la gala, en la que Cruise recibió el cariño de fanáticos y colegas de la industria. Muchos no pudieron contener la emoción al ver al actor levantarse al final de la función para saludar entre aplausos prolongados, que no solo celebraban la película, sino una carrera dedicada a desafiar los límites.
La “misión” ha terminado, pero el impacto de Tom Cruise en el cine perdurará. «Misión: Imposible – Sentencia Final» no solo es el cierre de una saga: es una carta de amor al cine de acción clásico, a la valentía detrás de cada acrobacia, y a un actor que nunca dejó de creer que lo imposible, con entrega, sí es posible.