Acostumbramos a hablar del voto solo en vísperas de elecciones cuando las millonarias maquinarias electorales descaradamente prenden motores y a los postes no les cabe un solo afiche con frases prometedoras de candidatos que una vez concluida la jornada electoral ya no se les ve por ningún lado, pero siendo el voto un poder tan importante en manos de la gente, es necesario que la ciudadanía se cuestione constantemente sobre su naturaleza, importancia y utilidad.
Hace algún tiempo La Isla de Tierra Bomba en un verdadero acto heroico y aburridos de votar para no ver cambios en su territorio, se levantaron contra los políticos que periódicamente van en busca del voto para luego olvidarse de ellos, como se pudo leer en el Diario El Universal en su edición de fecha 8 de marzo de 2014.
“Esta decisión de la comunidad fue motivada luego de que se conociera, por parte de la Gobernación de Bolívar, que serían devueltos al Estado los 25 mil millones de pesos que estaban dispuestos para la protección costera de Tierra bomba, porque no se había ejecutado un proyecto que debían coordinar la Alcaldía de Cartagena y la Dimar.”
“La gente está rebotada. A los que mandó el Estado para instalar las urnas los sacamos de aquí. Nosotros no queremos más propuestas queremos apuestas que lleven al cambio de Tierra bomba, porque ahora mismo nos sentimos más que abandonados por el Gobierno”. Dijo uno de los líderes de la protesta.
El Pueblo de Tierra Bomba entendió la relación entre el voto de cada uno de sus habitantes y el desarrollo de su territorio y no estaban dispuestos a seguir votando mientras el mar se los tragaba, entendieron que los 20, 30 o 50 mil pesos que les dieran por su voto no los salvaría, por eso, seguramente más de un político se quedó con su sucio dinero en las manos y las soluciones a los problemas de esa zona comenzaron a concretarse.
La ciudad de Cartagena esta en mora de entender lo que al borde del abismo entendieron los habitantes de la isla Tierra bomba y empezar a preguntarse de manera colectiva e individual ¿para que votamos? Pregunta que también nos conducirá a cuestionarnos sobre la construcción del poder público en la ciudad para repensar nuestra forma de elegir, porque en dicho cuestionamiento está la respuesta a la solución de muchos de nuestros problemas del siglo XX que aún no se resuelven.
El voto es un poder infalible en tiempos en que la democracia se ha convertido en el sistema de gobierno más popular en el mundo, los pueblos que han entendido su efectividad lo utilizan como castigo a la corrupción y en general a los poderes que no trabajan para el interés colectivo, pero en nuestra Heroica Cartagena de Indias, votar por la corrupción ya se volvió costumbre, decir en Cartagena “que robe, pero que haga” ya es parte del imaginario colectivo, un proceso de naturalización, aceptación y tolerancia de la corrupción que lejos de ser castigada es premiada una y otra vez con el voto.
“Una papeleta de voto es más fuerte que una bala de fusil” dijo alguna vez Abraham Lincoln. Es el poder del voto libre, limpio y responsable lo que puede generar cambios trascendentales.